Irredentismo de irredento -no liberado-, se refiere a la pretensión de anexar territorios que otrora fueron de la nación que propugna esta campaña. El concepto surge en Italia a finales del siglo XIX, bajo el reinado de Vittorio Emanuele II conocido como re galantuomo -rey galante-. Como consecuencia del Romanticismo; Italia buscaba para consolidar la monarquía y la unidad del Reino. Para poder consolidar esa unidad nacional, conocida como il risorgimento -el resurgimiento italiano-. Los territorios que se querían “liberar” de la Italia irredenta correspondían a Dalmacia, Istria, Trentino, que hacían parte del Imperio austro-húngaro de la familia Habsburgo.
El primer acto de osadía de Italia, fue declarar en marzo de 1861 a Roma como capital del nuevo Reino de Italia, haciendo empleo del primer Parlamento. Era Torino, la capital de aquel Reino, antes que lo fuera Roma. “La cuestión romana” desde 1871, fue la disputa que surgió entre Vittorio Emanuele II y el Papa Pío IX, quien no reconoció al nuevo estado y quien además se declaró “Prisionero en el Vaticano”, y no sería hasta 1929 con los Pactos de Letrán, que se creara el Estado de la Ciudad del Vaticano, firmado con Benito Mussolini, quien fungía ya con poderes dictatoriales.
Una de las consecuencias del irredentismo italiano, que a la final tenía como pretensión recuperar “sus fronteras nacionales”, fue la entrada de Italia en la Primera Gran Guerra, de la que sale victorioso e incorpora los tan deseados territorios de Dalmacia, Istria, Trentino e incluso el Estado libre de Fiume. Y, luego, el fascismo italiano, anexiono bajo la misma teoría; territorios de Francia, Grecia y el Reino de Yugoslavia.
Alemania, a su vez, bajo la teoría del geógrafo Friedrich Ratzel sobre el Lebensraum -espacio vital- desencadenaría en la Segunda Gran Guerra, pues, por medio del profesor Karl Haushofer en la Universidad de Múnich, una idea politizada llegaría a un pueril Hitler por medio de Rudolf Heß. Por consiguiente, Alemania, anexionaría a Austria y a los Sudetes en principio. En Mein Kampf, ya señalaba que: “los alemanes tienen el derecho moral de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se espera atender al crecimiento de la población”.
Así que, tanto el Irredentismo como el Lebensraum, más que teorías, implicaron una situación geopolítica inestable por parte de las ambiciones de países como Italia y Alemania.
El actual confrontamiento entre Armenia y Azerbaiyán, no es algo diferente, pues, esto sería un nuevo irredentismo armenio; que reclama el territorio de Nagorno Karabaj: "Nación sagrada", como denominan los armenios a este territorio. Además, la tensión en la zona vuelve a erguirse; a pesar de las 30.000 vidas que cobro la guerra entre República Soviética de Azerbaiyán y Armenia en 1991. Ahora bien, una eventual guerra en esta región podría desencadenarse de nuevo, involucrando también a Rusia y a Turquía, lo que, sumando la enemistad histórica entre estas naciones y teniendo en cuenta la persecución turca a los armenios del siglo XX, podría traducirse en una situación bastante tensionante. De hecho, Erdogan, se refirió con respecto a Armenia como: “la mayor amenaza a la paz y tranquilidad en la región”.
@davidrosenthaal