Un Plan con inquietudes
Luego de un trago amargo con decisiones mal tomadas, con imprecisiones en políticas públicas, con anuncios erráticos, con deterioro de imagen pública, con varios funcionarios que renuncian, con bandazos en propuestas y hasta con roces con otros entes del gobierno distrital, empezamos a ver algunos temas que ahora si inquietan en lo sustantivo, más allá de las dudas propias de un gobierno equivocado en lo coyuntural.
Me refiero al Plan de Desarrollo del Distrito, el cual si bien trae temas interesantes, deja serias inquietudes en otras aristas. En primer lugar significa una apuesta 30% más costosa que cualquiera otra de años anteriores, lo que significa una exigencia al bolsillo de cada uno de nosotros bastante más alta. Muchos coincidimos con los temas planteados: la preocupación medioambiental, enfrentar la inequidad y la discriminación y abordar las inquietudes en la escasez del recurso hídrico. La diferencia está en la forma o los medios como se enfrentan algunos de estos nobles propósitos. Pero al mismo tiempo inquieta que temas trascendentales para el futuro de nuestra capital se omitan.
Puntualmente que en el Plan de Desarrollo se dé poco o nulo énfasis a la necesidad de propiciar una ciudad más competitiva, bilingüe e internacional, mucho más de cara a un gran número de TLC que urgen a las ciudades darle valor agregado a sus productos. No es sólo con economía popular como Bogotá competirá con Dubai o con Singapur. Eso para no hablar de Medellín o Barranquilla.
Con respecto a los temas de discriminación social, aparece una estrategia que de alguna manera atenta contra la propiedad privada y de otra, se convierte en un incentivo perverso para una fuente tan importante de empleo y desarrollo como es la construcción. Ya nos acostumbramos a que Cundinamarca se lleve las industrias y ahora haciendo excesivamente costosa la construcción (con un cobro altísimo en vivienda de interés prioritario) lograremos que esas inversiones se vayan a ciudades distintas a Bogotá. Y en el terreno de la propiedad privada quedan dudas con el instrumento de la subasta sobre predios sin uso. Todos reconocemos que dichos predios deben ser gravados en mayor cuantía, pero ya nos imaginamos subastas maniobradas por aprovechados que harán que los predios sean expropiados por miserias (imagen y semejanza del modelo chavista, que sorprendentemente respalda el Gobierno Nacional).
Y en el tema ambiental es entre curioso y chistoso que el Departamento que provee el agua, ahora no pueda acceder al recurso, lo que a su vez va en contravía de la eficiencia financiera del propio acueducto y las posibilidades en generación de ingresos. Controlar el crecimiento de la ciudad a lo largo y ancho se puede hacer de muchas más maneras y lo propio en la defensa del medio ambiente.
Finalmente, la discriminación tiene una mejor solución en la generación de riqueza y ello sin una estrategia competitiva y de promoción al sector productivo es imposible. Terminaremos repartiendo pobreza entre más pobres. ¡Ingeniosa manera de evitar la discriminación!