Con tanta alteración que hemos vivido los últimos tiempos, se nos ha quedado en el tintero hacer referencia a nuestra General Sandra Patricia Hernández Garzón, destinada por el mando institucional como comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, “unidad que nos cupo el honor de dirigir”.
Nuestra comandante marca un hito muy importante en el devenir de este destacamento policial, pues la tradición por obvias razones ha mantenido hombres al mando de tan delicado comando. Esta designación sugiere ante el país un giro en las políticas administrativas y operativas, que son bienvenidas de cara al futuro y la dinámica generacional.
Los retos de la novel comandante son variados y prolijos, por lo tanto su dedicación estará centrada en aspectos tan importantes como la motivación del personal a su cargo; de su acertado mando se desprenderán asuntos tan sensibles como la abnegación de sus hombres y mujeres al servicio en defensa de la ciudadanía, tan urgida de seguridad y apoyo permanente en la cotidianidad de su vivir. Sabe la General Hernández que personal reconocido por su entrega y esfuerzos, generará resultados satisfactorios en las comunidades puestas bajo su control.
Con este nombramiento queda demostrado el enfoque de nuevas estrategias para la conducción del recurso humano, no solo del comando en Bogotá, sino de la institución en general: estar más cerca del subalterno y sus necesidades, escuchando inquietudes, temores, o tribulaciones, permite un entendimiento que potencia el compromiso y profesionalización del personal.
En lo relativo a la seguridad ciudadana objetivo principal de nuestra policía, la comandante está recibiendo de sus superiores una misión urgente e impostergable, como es lograr un tejido social que acerque la institución a la ciudadanía. Este cometido encarna la realidad del servicio de policía, pues en la medida que lo hombres vestidos del verde oliva se acerquen al ciudadano de a pie, lograrán colaboración, identidad, respeto, admiración y acato, valores que solo se obtienen con el compromiso de un personal motivado, consciente de su misión, reconocido y respaldado por los ciudadanos quienes, en últimas, son los más beneficiados de esta unión entre habitantes y policía.
En su palmarés tiene la Señora General varios reconocimientos que la direccionaron hacia su grado y cargo. Entre los últimos figura la Dirección de la Policía Fiscal y Aduanera, donde el desempeño de la oficial lo calificaron sus superiores como excelente. Por lo tanto, nos anima pensar que la señora General Hernández está capacitada para conducir su unidad en la lucha contra la criminalidad y delincuencia, que diariamente amenaza la ciudad, poniendo especial atención en alcanzar esa sensación de seguridad que por tanto tiempo ha buscado la capital del país.
Muchos éxitos a nuestra primera mujer comandante, en la unidad más importante del país.