‘La niña alemana de El Palmar’ es Isabella von Büllow y es también el título de sus memorias, publicadas recientemente por la editorial Planeta. Esta alemana, que nació en Bogotá y se crió en el Magdalena Medio, entrelaza sus recuerdos familiares con acontecimientos que marcaron la vida de millones de personas, en Europa y en Colombia. Sumergirse en este libro es conocer su historia y, a la vez, encontrar parte de la de uno mismo.
La narración abarca dos guerras mundiales y la Guerra Fría en Europa, y en Colombia esta guerra nuestra tan extraña, irregular, en la que nunca es fácil reconocer a los que matan, aunque siempre sean los mismos los que mueren. En medio de tanta muerte, este es un relato sobre la vida y ese empeño suyo por prevalecer. La vida y la esperanza inquebrantable de los que vuelven a empezar, una y mil veces, y donde sea necesario. La vida y el optimismo de los que aman, de los que emprenden proyectos, de los que regresan y de los que buscan respuestas. La vida y el viejo árbol de mango que resiste junto a tantas casas intempestivamente abandonadas, así como persiste el empeño por la paz de este país eternamente adolorido.
Entretejer la narración de los acontecimientos históricos con las memorias, es situar a las personas comunes en las entrañas mismas de la historia. Nadie es ajeno a su tiempo. Isabella emprendió un viaje a su pasado para entender por qué había nacido en Colombia y porqué, siendo aún una niña y sin que mediara explicación alguna, la habían llevado de regreso a una Alemania completamente ajena y desconocida para ella. Buscando en su memoria familiar encontró que era parte de la historia nacional, aquí y allá. Al finalizar la travesía ella misma, y la relación con sus dos países, había cambiado para siempre.
Este también es un relato sobre el papel del silencio en sociedades que han padecido el horror de la violencia. Los sobrevivientes callan para poder continuar con sus vidas y muchas veces con la vana esperanza de olvidar lo que pasó. Con el paso del tiempo, los descendientes buscan las respuestas postergadas durante décadas, para entender su propio presente; en el caso de Isabella todas desembocan en el mismo cauce, la guerra siempre es un error.
Con la sensación de ser extranjera en todas partes, Isabella se pregunta por la identidad, y en un sentido más profundo, por la existencia. Ser alemana en Colombia, su país natal; es tan extraño como ser colombiana en Alemania, el país de sus padres. Más difícil aún es cargar a cuestas con los estigmas violentos de una y otra nacionalidad. ¿De dónde somos?, ¿a qué pertenecemos? En un mundo donde cada vez hay más migrantes, las preguntas de Isabella son vitales. Las respuestas las da ella misma, pertenecemos a los que nos quieren. Más allá de las fronteras, los pasaportes, las guerras y las banderas, nuestro hogar esta allí donde sea que nos esperen los abrazos.
@tatianaduplat