La prepotencia y la corrupción | El Nuevo Siglo
Miércoles, 12 de Abril de 2017

Pareciera que los funcionarios corruptos comparten todos, entre sí, una actitud prepotente en el ejercicio de las funciones públicas que desarrollan. Es así como se pavonean cual reinas de belleza, como si el poder fuera eterno y ellos fueran los dueños de Colombia. Esa es la opinión que he escuchado de muchos que lo han tenido que padecer. Los ejemplos se ven a diario; cuando llegan a municipios en helicóptero y en lugar de fijarse en las necesidades de las comunidades afligidas por la pobreza, por los desastres naturales, por promesas incumplidas, o realizar visitas de control sobre las obras, proceden a excusarse y con apenas una foto, regresan de inmediato porque las condiciones climáticas no permiten quedarse a cumplir con sus funciones. 

Con esa actitud las obras evidentemente no se adelantan, pero esas fotos que reflejan los segundos de apariencia se reparten cuanto antes para hacer parecer que sí realizan las funciones públicas que les han sido encomendadas. Y, como desafortunadamente nadie alza la mano o reprocha su actitud, la práctica es ya aceptable entre ellos. 

Pero esa 'guachafita' no les durará mucho porque cuando abandonen los cargos que tienen se estrellarán al ver que la ciudadanía  y la opinión pública los mira con desprecio. Entonces, la prepotencia no les ayudará en lo absoluto y entrarán a responder ante las autoridades de control y la justicia por las acciones que llevaron a cabo durante su paso por la administración pública.  

Esto me hace recordar hace ya algunos años a un Ministro que andaba por ahí como si estuviera por encima del mundo y que, al concluir su misión y verse en el asfalto, terminó en una triste historia de suicidio. Los empleados públicos deben ser conscientes que el poder es pasajero y que al final el juicio sobre sus funciones en la administración será decisivo en su futuro.

Me pregunto ¿cómo se están gastando los recursos públicos en el Fondo de Adaptación? Sería bueno que la opinión pública conociera cuáles han sido sus ejecutorias y cómo se han manejado sus recursos. Son muchos los comentarios que llegan sobre esta materia y poco conoce el país de lo que se ha desarrollado. Son bastante sorprendentes las acusaciones que los miembros de las Farc han venido haciendo sobre el gasto en las inversiones del Gobierno para la construcción de las zonas de concentración guerrillera y los altos costos que han tenido. Incluso han agregado que en la compra de los alimentos se están pagando artículos por más de cuatro veces lo que cuestan en las regiones. ¿Será que la descomposición de los valores ha llegado al punto que hasta en esos gastos no hay transparencia? ¿Será que ahora es la guerrilla la que tiene que denunciar actos de corrupción de funcionarios de la administración pública?

El Contralor General de la Republica denunció en días pasados los robos de recursos con que el Estado está llevando a cabo el programa de alimentación de los niños no sólo por sobrecostos en los contratos, sino aún peor en el contenido de los alimentos.  Llegó el momento en que el Presidente de la República debe intervenir y tomar decisiones al respecto,  pues de lo contrario se verá también comprometido en tan lamentables hechos de corrupción.