Las expectativas por conocer cómo será el modelo de gobierno del Dr. Gustavo Petro han generado un caudal de información que está despertando muchos intereses en los diferentes círculos que componen nuestra sociedad. Algunos nombramientos de futuros ministros y colaboradores del gobierno en disimiles sectores ponen al país muy pensativo, pues con sus análisis y estudios aparecen varias conjeturas al no observarse un rasgo identificable en los perfiles de estos colaboradores seleccionados hasta el momento.
Algunos analistas se enfocan en el conocimiento y experiencia, que enaltece los escogidos; otros miran el dinamismo y diligencia que cada personaje registra en sus antecedentes laborales y desempeño profesional. Estos intereses se vienen avivando ante la serie de proyectos que llevaría el gobierno a un cambio en diferentes sentidos. Ese cambio que el país espera y trata de adivinar inquiriendo el cómo, cuándo, con quien y forma en que se podrá realizar, pronósticos que buscan acertar, reconociendo el carácter de los alfiles y peones que acompañarán al nuevo presidente en el cumplimiento de sus promesas en campaña, que no serán fáciles de lograr sin un equipo comprometido e identificado con los postulados del gobierno y anhelos del señor presidente.
Sin el ánimo de posar ante ustedes como erudito o gran conocedor de este ajetreo político del país, me voy a permitir hacer un ensayo sobre el devenir de estos últimos días, buscando despejar ciertas curiosidades, propias y ajenas, porque los medios de comunicación y las redes sociales tan en boga por estos tiempos, crean inquietudes en el ciudadano por la cantidad de información puesta a circular y, lógico, el caudal de entrevistas que por su profesionalismo deben hacer a cada uno de los ya nombrados colaboradores y aquellos que, estando solo en el sonajero, se atreven a conceptuar, conduciendo por ello a la ciudadanía a un clima de incertidumbre, exacerbado por ese publicitado empalme, entre el gobierno saliente y el entrante.
Ese es un escenario insalvable, pues de esta actividad se desprende información trascendental para la futura gobernabilidad, por lo tanto, hasta no concluir esta etapa del conocimiento, todas las declaraciones planes y programas entran al estado de congelación, esperando el resultado del proceso.
Muchos proyectos se pueden quedar en el tintero y otros tantos, demandarán un recorrido legal largo y muy debatido, ante lo cual, una vez surtido el nombramiento de todo el gabinete, finalizara ese estado de fluctuación en los diferentes estadios del gobierno, pues solo el señor presidente y su equipo depurarán y priorizarán los diferentes programas y proyectos.
Por último, entendamos que las alusiones y la esperanza reflexiva son buenas compañeras, ante lo cual sería saludable, esperar estoicamente el discurso de posesión del nuevo señor presidente, que de seguro vendrá salpicado de información y orientación sobre su programa de gobierno.