Mucho más que Trump | El Nuevo Siglo
Domingo, 19 de Febrero de 2017

Las elecciones que hoy se celebran en Ecuador -tras una década de gobierno de Rafael Correa, y en las que su heredero aparente no tiene asegurada una victoria contundente- deberían recordar a entendidos y legos que el mundo es ancho y ajeno; y que, a pesar de su aturdidora omnipresencia en las noticias recientes, Donald Trump no es lo único que ocurre, ni mucho menos lo único que importa.

El examen al que se somete el “correísmo” en las urnas no es un asunto menor, ni para los ecuatorianos ni para América Latina.  Hábilmente, Rafael Correa ha preferido obrar por interpuesta persona, su vicepresidente Lenín Moreno, en lugar de arriesgarse a un resultado desfavorable.  Si Moreno gana, Correa seguirá siendo el poder detrás del trono, sin sufrir el desgaste de comandar el barco en medio de aguas turbulentas.  Si pierde, Correa se retirará estratégicamente, mientras ve a su sucesor lidiar con un complicado panorama económico y espera, con paciencia pero sin contención, el momento favorable para regresar al poder.  (Con lo cual el “giro político” que se produciría con el triunfo de sus detractores podría no ser sino una distracción momentánea).

Hoy también concluye la Conferencia de Seguridad de Múnich.  Allí, políticos y expertos se han planteado preguntas sobre el inflamable cóctel geopolítico que los organizadores han llamado “Post-verdad, Post-Occidente, Post-orden”.  Como era apenas previsible, ha habido más preguntas que respuestas.  Y ni las unas ni las otras conciernen ni tienen su origen exclusivamente en el “Imperio del Caos” que parece empeñado en construir el aprendiz de presidente estadounidense.

Sobre Europa se cierne otra vez la sombra del colapso económico griego.  La necesidad de un nuevo rescate podría llevar al Grexit.  Este sería un duro golpe al proyecto europeo, ya puesto en entredicho, justo en un año electoral crucial tanto en Francia como en Alemania, pero también en los Países Bajos.

En Turquía, Erdogan sigue apuntalando su proyecto caudillista, y espera ver sus ambiciones refrendadas popularmente en abril próximo.  En el África de los mandamases, algunos se retiran por las buenas (como dos Santos en Angola), otros a regañadientes (como en Gambia), y otros se aferran al poder (como Obiang y Mugabe), pero todos lastrando el futuro de sus pueblos.

En Colombia, mientras tanto, se recorre un peligroso camino: el de la transición sin consensos, la subversión de las reglas de juego, el descoyuntamiento institucional, el canibalismo de las élites, y el discreto ascenso del riesgo populista.

Definitivamente, hay mucho más que Trump de lo cual preocuparse. 

*Analista y profesor de Relaciones Internacionales