ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Octubre de 2013

MIRADOR

Con o sin paz

EL  Nuevo Sigloy Agenda Económica consultaron hombres de negocios del país sobre su percepción esta semana alrededor del proceso de paz con la guerrilla de las Farc. Hubo coincidencia: cualquiera sea la suerte de la mesa de diálogos en La Habana, la economía nacional seguirá a flote. Es una visión optimista con un aire de pertenencia por la propiedad privada y en general por el provenir colombiano.

Los productores interrogados por este cronista señalaron la inconveniencia de prolongar indefinidamente las negociaciones con ese grupo insurgente, pues en su opinión, se corre el riesgo de fatigar el proceso y pérdida de fe por parte de los ciudadanos. En cualquier circunstancia, váyale bien o no al Gobierno del presidente Santos en la mesa de diálogos, al país le seguirá yendo bien o mal, dependiendo del manejo de su economía y de los llamados fundamentales. Queda claro que del moderado optimismo acerca de las negociaciones de paz en Cuba, en el sector privado se está pasando a un ánimo más conservador. Se enrarece el ambiente porque los esperados avances no prosperan o no son puntos objetivos.

Debe enfatizarse que los empresarios piden seguir rodeando al ejecutivo en esta nueva apuesta por la resolución pacífica del conflicto armado. Piden a los colombianos mantenerse del lado de una salida negociada sin empeñar una fecha para la firma de un eventual acuerdo social y político con las Farc. También queda firme de parte de los ejecutivos que como van las cosas, no es mucho lo que se puede rescatar. Piensan que la guerrilla sigue comprando tiempo, dilatando y distrayendo con propuestas o posiciones innegociables y fuera de lugar. Les preocupa que los ataques subversivos contra población civil e infraestructura no reflejen un ánimo conciliador por parte de las Farc. Les gusta el principio de la confidencialidad sin que ella implique dialogar a puerta cerrada, sin ventanas a la opinión pública. No contemplan siquiera la posibilidad de que de aquí a fin de año haya un entendimiento o siquiera  memorando de acuerdo entre las partes, pues los temas son dispersos y de un alto costo político para el país. Cuanto más se negocien concesiones o privilegios, ventajas o derechos, más tiempo llevarán los diálogos.

Les parece aconsejable y prudente con el rigor de los diálogos la no injerencia, intervención o presencia de cuerpos ajenos al equipo de negociadores en La Habana. También les parece inconveniente y peligroso para el avance del proceso politizar las negociaciones o volver los diálogos de paz un fortín electoral de aquí a las votaciones del próximo año. Si bien es menester fijar metas y plazos, no es sano ir a las carreras porque se crea en la opinión pública la idea de que lo importante es lograr la paz a cualquier precio.