Estamos ante unas elecciones decisivas, pues: (i) la crisis sanitaria y económica no tiene precedentes; (ii) Estados Unidos es un país fuertemente polarizado e incluso muchos analistas dicen que está al borde del abismo; y (iii) los principios y valores fundamentales de la vida norteamericana (democracia, separación de poderes, entre otros) están en tela de juicio.
La sorpresa de la elección de Trump en 2016 hizo que todo el mundo sea cauteloso a pesar de que las encuestas reflejen una amplia mayoría que apoya a Biden. Lo importante es llegar a los 270 votos electorales. Las encuestas daban hasta ayer a Biden tiene una ventaja significativa en Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, los estados que le dieron la victoria a Trump en 2016. Será decisivo lo que ocurra en Texas, Ohio, Georgia y Florida. Por su parte, para Trump poder ganar, no puede perder ninguno de estos Estados por lo que el 3 de noviembre habrá que estar muy pendientes de lo que ocurre, sobre todo en la Florida, pues si Trump pierde allí, prácticamente ya no tendría nada que hacer.
Además habrá que ser muy cauteloso por la importancia que tiene en esta elección el voto por correo porque (i) se estima que el 70% del voto por correo es demócrata; (ii) en muchos Estados se tardará en contar dichos votos; y (iii) esta modalidad de voto es la más susceptible de ser anulada por defectos formales. Algunas estimaciones dicen que hasta 1 millón de votos por correo pueden ser anulados, lo que sin duda afectará el conteo final.
Todo apunta a una victoria demócrata en el Senado, por lo que los republicanos perderían la cámara alta. Una Administración Biden con un Senado demócrata haría, sin duda, las cosas más fáciles a la hora de aprobar diferentes temas,
En el caso de América Latina, si gana Biden, se espera un tono más respetuoso en las relaciones con la región. EEUU acogerá en 2021 la Cumbre de las Américas que será una buena oportunidad para demostrar ese cambio. Este, se notará en especial en las relaciones con México y América Central. No se esperan grandes cambios en cuanto a Venezuela o Cuba y mucho menos en Nicaragua. Sin embargo, si se estima que habrá más oportunidad para la negociación en el caso de Venezuela, quizás a través de la utilización de sanciones como herramienta para conseguir fines políticos (como liberación de presos políticos o el calendario electoral).
Por nuestra parte, Colombia es un aliado estratégico de EEUU, y la política de EEUU hacia Colombia cuenta con el apoyo de los dos partidos. Ahora bien, seguramente cambiará el tono si gana Biden ya que Trump estuvo siempre muy centrado en temas de seguridad, narcotráfico y erradicación de cultivos. El apoyo económico a Colombia continuará siendo una pieza fundamental de la relación (programa América Crece por ejemplo). Por el lado comercial, si gana Biden y los demócratas se hacen con el Senado será más fácil aprobar ayudas a Colombia. No olvidemos que Biden fue uno de los líderes en la construcción del plan Colombia en su calidad de Vicepresidente de los Estados Unidos. Así mismo, se espera que la candidata a la Vicepresidencia, Kamala Harris asuma el protagonismo en América Latina, como hiciera Biden durante su época como Vicepresidente.
Ya veremos qué sucederá.