¡Revocatoria a Claudia! | El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Enero de 2021

Bogotá no tiene quien la comprenda y menos ahora, pues está sola y enferma. Ha sido abandonada por quien se supone era su encargado. Han huido de Bogotá, quienes decían defenderla. Quienes decían quererla y respetarla. Sus calles abandonadas, dejadas al hampa por una burocracia obstinada y engreída, dirigida por un sibilino régimen que ha engañado a los más cándidos, mientras se aprovechaba de los desvalidos. Estamos frente a una situación histórica, dicen los poco entendidos, mientras que los locales, empresas, restaurantes y hasta hosterías, cierran. ¿Qué será de los Caros, Cuervos y Pombos y Silvas? Cuando no existe un estímulo a valores estéticos, justos y morales. En cambio, valores antagonistas, se han ensañado contra la sociedad; y en especial, de una generación decante, suspicazmente ignorante y sin definido porvenir.

Ya no hay una “blanca estrella que alumbra en los Andes”, pues de la Bogotá de antaño, no queda mucho. Pero alguien tendrá que pagar la cuenta, y será una cuenta muy alta. Votantes incipientes, políticos sin moral, partidos políticos sin misión; y lo peor, el miedo, la impunidad y las maquinarias corruptas. Pues son muchas promesas incumplidas, ¿Dónde están las 4.000 camas UCI? Y, desde cuando Bogotá está a la par de Nueva York, porque no es muy parecida, en realidad, o, ¿será que sí?

Además, son varios los que van en los paseos de la muerte de las ambulancias -casi como paseos millonarios- pues la sensación de incertidumbre, preocupación y prepotencia es igual, y se extiende hasta las familias. Asimismo, con qué razón se destinaron los miles de millones al “hospital de Corferias” si solo prestó servicios por un par de meses y atendió solo a unas cuantas decenas de personas, antes del cierre. ¿Qué pasó con las 1.000 camas y con los recursos destinados?

Claudia López, seguro tiene la razón, quizás en Costa Rica, su memoria lo olvidó; a pesar, que tuvo que devolverse, se le pasó por alto a ella y seguro también a su pareja, el pequeño detalle, o quizás rumor para ellas, sobre que, una nueva ola de covid-19 atacaría por todas las retaguardias a una Bogotá desnutrida, trasnochada, empobrecida, censurada y hasta clausurada. Y, es que clausurar, confinar o encuarentenar es la medida facilista, propia de una administración pazguata y autoritaria, que improvisa y además culpabiliza a los demás, mientras se proclama una víctima de un sistema, del cual hace parte.

Por otra parte, ciudadanos agotados de esta situación y habiendo tenido ya suficiente de esto, se juntaron y alzaron sus voces en contra del exabrupto y casi inexorable destino de la capital del país. El movimiento ciudadano que busca la revocatoria de Claudia López, conformado por personas de todo nivel, quienes han visto cerrar sus empresas, despedir a sus empleados -o ser despedidos-, verse de cara a la quiebra y además ahora se ven hostigados e intimidados por un régimen que utiliza los medios, con el fin de tomar el poder absoluto y así, corromperlo al máximo. No hace falta decir, que esos ciudadanos, son casi todos, sin diferencia social ni credo, los que se sienten en una Bogotá gris y kafkiana.

@davidrosenthaal