¿Dónde está la Corte Penal Internacional? Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, líder comunista y asesino de las Farc, acusado de múltiples crímenes de lesa humanidad, acaba de lanzarse como candidato a la Presidencia de Colombia y la poderosa CPI calla al respecto.
También serán candidatos al congreso “joyas” con prontuarios iguales o peores al de Timochenko: Iván Márquez, Jesús Santrich, Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada; por mencionar solo algunos. Recordemos que el Acuerdo de La Habana le garantiza a las Farc 10 escaños.
Claro que ese mismo acuerdo especifica que solo podrán aspirar a curules después de haberse sometido a la Justicia Especial (JEP): hayan contado la verdad, reconocido sus crímenes, pedido perdón a sus víctimas, pagado la pena y se comprometan a la no repetición; nada de esto ha ocurrido.
Además, los que hayan cometido crímenes de lesa humanidad como: secuestro, tortura, reclutamiento de menores, ordenamiento de fusilamientos y asesinatos masivos que hayan causado pérdidas y dolor profundo a la población civil, no podrán tener el beneficio de participar en política.
Según la CPI, Timochenko tiene 16 condenas por asesinatos, secuestro, toma de rehenes, desplazamiento forzoso y reclutamiento de niños. Con sentencias que suman más de 50 años de prisión.
También enfrenta 182 procesos judiciales, de los cuales 106 incluyen homicidio.
Las penas de prisión por solo 13 de estos cargos suman 448 años. También son públicas 5 resoluciones de acusación de la Fiscalía, organismo que ha expedido 141 órdenes de captura en su contra. Adicional, tiene 57 medidas de aseguramiento.
Algo igual o peor ocurre con la lista de acusaciones por delitos atroces cometidos por las otras “joyas” aspirantes a cargos públicos que han presentado, sin vergüenza ni arrepentimiento alguno, sus candidaturas para ser legisladores.
Esto es una horrenda burla al dolor sufrido por el pueblo colombiano; en especial al sufrimiento de las víctimas, directas e indirectas, de su infernal guerra. Guerra causada por estos narco-guerrilleros, durante más de cinco décadas, para imponer el comunismo en Colombia, para arrastrar al país a la tragedia de los gobiernos totalitarios, a la perdida de la libertad, de la libre expresión, a la anulación del derecho a ser dueño de su casa, su tierra, su tienda, a ser propietario, a trabajar, estudiar o ser quien uno desea, no quien el Estado disponga.
Comunismo del cual nos libramos gracias al valor de nuestro ejército y policía que los enfrentaron. Gracias a los hombres y mujeres que dieron sus vidas por obtener la paz y defender la democracia colombiana. Esto es una desvergonzada burla a ellos. Una burla a lo pactado, una mentira más de tantas que nos han embutido.
¿Para qué firmamos el Estatuto de Roma, para qué pertenecemos a la CPI, si hoy guarda silencio ante semejante transgresión de sus principios?
Sinceramente, creo que Timochenko pueden llegar a ser Presidente. Al contrario de lo que muchos piensan, creo que sus posibilidades son inmensas, que las alianzas con otros grupos de izquierda son reales; así esos grupos hoy juren que jamás pactarán con los farianos.
Todo es posible. Ya lo tenemos de candidato, algo que hasta el mentiroso de Juan Manuel Santos y su grupo de negociadores habían garantizado jamás sucedería.
Y la comunidad internacional, inclusive la CPI, guardan silencio. OJO, estamos en la antesala de tener un gobierno comunista.