Históricamente existen grandes fenómenos políticos en el mundo. Países con una democracia sólida como Estados Unidos vive hoy uno de los más sorprendentes y es el escenario político del multimillonario y expresidente Donald Trump. Este interesante y por demás folclórico personaje, poseedor de una personalidad sólida, autoritaria y caricaturesca, que gracias a su temple ha logrado conquistar lo que se propone, desde los negocios como en la política.
Trump ha sido un exitoso empresario desde temprana edad, cuando su padre Fred Trump le entregó un millón de dólares y éste los invirtió en propiedad raíz de viviendas viejas que compraba a bajos precio y las remodelaba. De ese esquema pasa a construcciones mayores de edificios, aunque siempre respaldado por su papá, sin embargo a título de préstamo. Hay quienes dicen que esas deudas no se pagaban por parte del hijo.
En todo caso este sorprendente hombre siempre tuvo un gran olfato para los negocios, el mismo que posteriormente utilizó para su carrera política hasta llegar a ser presidente de los Estados Unidos de América, mandato que no pudo reelegir siendo derrotado por el actual presidente Joe Biden, triunfo que Trump ha cuestionado y ¡de qué manera!, al punto que hoy lo tiene reseñado judicialmente.
Pero aquí es donde viene lo interesante del caso. Trump vuelve a postularse para las elecciones de 2024, aun cuando cuenta con diferentes procesos e investigaciones en su contra. Últimamente se exhibe en una particular fotografía de cara con expresión desafiante, la misma que le ha valido un incremento en apoyo, pues del 37% en solo cinco dias pasó al 61% de favorabilidad entre los republicanos, dejando rezagado a su principal rival, Ron DeSantis, lo que indica que Trump será el candidato republicano y poco se espera que los demócratas puedan parar esa candidatura con los procesos en su contra, más aun si de los diez postulantes a la primarias de ese partido, ninguno se destaca como si lo está haciendo Trump. Sumado a lo anterior, que Biden ya anunció que se presentará a la reelección, lo cual pone a su partido en débil posición frente a los republicanos.
Si se tiene en cuenta que los Estados Unidos son una democracia en gran parte de espectáculo, el único que lo está haciendo -y bien hecho- es Trump, creando sensacionalismo, ofreciendo un gobierno fuerte ante la debilidad de Biden, empoderando más a la empresa, fortaleciendo el comercio internacional, pero sobre todo defendiendo la economía del hogar, la capacidad adquisitiva del ciudadano y bueno, algo que para el norteamericano es de gran importancia: la recuperación del liderazgo mundial que se ha venido perdiendo por posiciones débiles del actual gobierno.
Los índices de pobreza en ese país han aumentado, la inseguridad, la indigencia y falta de autoridad policial ha sido una gran característica de este gobierno, en gran parte producidos por la política migratoria y el incremento de indocumentados que le ha quedado grande a Biden. Por eso Trump va a asombrar a Estados Unidos y al mundo en un segundo mandato, que faltaría ver como se desarrollaría. De ahí que Trump sorprende.