Temas para analizar | El Nuevo Siglo
Miércoles, 24 de Agosto de 2016

Hay temas que son difíciles de entender por parte de la ciudadanía con respecto al proceso de paz con las Farc, independientemente de la opinión que cada uno tenga de los temas pactados y que se conocen de La Habana.

El primero de ellos es  el plebiscito. No se entiende que pueda existir hasta un jefe de debate para quienes defienden el Sí y otro para quienes apelan al No. Y no se entiende por qué se supone que dicho instrumento jurídico se está dando para preguntarle a los ciudadanos si están de acuerdo con lo pactado para la terminación del conflicto armado,  cuando lo que se estableció como base de la negociación es que no habría acuerdo sobre nada hasta tanto no estuviera todo negociado.

Por otra parte el país conoce que todavía hay puntos de la agenda que no se han acordado. Por tanto ¿Cómo puede hacerse campaña por un Sí de los acuerdos de una agenda que no se ha terminado? Y, por otra parte, ¿Cómo puede hacerse una campaña por el No cuando no se conoce la totalidad de lo acordado y más aun cuando todavía no se ha culminado la agenda?. Lo que es claro es que para el Sí o para el No es necesario y fundamental que el país conozca el contenido de los acuerdos. No por una página web como se ha intentado hacer en algunos temas, sino de manera amplia y pedagógica a través de todos los medios de comunicación  para que los colombianos estemos enterados y que después nadie diga que no tuvo conocimiento sobre lo pactado. Pero más aun porque es de esta manera que los acuerdos de paz obtienen la solidez necesaria para que sean duraderos y no se presenten frustraciones futuras.

En segundo lugar yo soy el primer amigo y defensor de la terminación del conflicto armado y una salida negociada y que las guerrillas hagan dejación de sus armas para ingresar a la vida política del país en el marco del respeto al Estado de Derecho. Pero difícil será poder cumplir con lo establecido por la Corte Constitucional, de que para poder hacer el plebiscito la guerrilla deberá dejar las armas. Lo prioritario es que sea uno de los objetivos pactados en los  acuerdos, pues de lo contrario no estaríamos solucionando nada. Y, claro está, que para el proselitismo político no haya exposición ni uso de armas. Pero aspirar a que la guerrilla haga dejación de las armas antes del plebiscito que daría el aval a lo pactado es simplemente pensar  con el deseo y no ver la realidad de un conflicto de sesenta años que estaríamos a punto de terminar en la medida que los pactos estén enmarcados en la verdad, justicia y reparación a las víctimas.