Una institución de 131 años | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Noviembre de 2022

Definitivamente es orgullo nacional contar con una institución centenaria, que vine acompañando el desarrollo del país y haciendo parte integral de su historia, porque nadie puede negar que la Policía Nacional de los colombianos ha marcado hitos de suma importancia en el trasegar social, económico, cultural, judicial, religioso, disciplinario, moral y un sin número más de compromisos, donde se contempla la defensa de la vida, honra y bien de los residentes en el país. Es decir, la institución transita transversalmente el devenir del Estado, en todos sus escenarios y en nuestro caso, hoy por hoy con lujo de competencia y compromiso.

Esta Policía Nacional de nuestros afectos tiene su punto de partida, como es de general conocimiento el 5 de noviembre de 1891, debiendo desde su fundación, encarar serias situaciones que pusieron en aprietos su desarrollo y consolidación, pues no obstante que su organizador recomendara vehementemente, mantenerla marginada del mundo político, para evitar contaminaciones y presiones que dificultarían el libre y competente cumplimento de su misión; debimos observar que de acuerdo a sus intereses, los gobiernos de turno en sus primeros 60 años,  la mantuvieron en un vaivén constante entre la política y las armas, cubriendo blancos ajenos a su formación y capacitación en lo militar o en lo político.

No obstante, esta complicada situación, los hombres encargados de su manejo y dirección, fueron introduciendo temas, experiencias, estudios y conceptos, dando paso a toda una doctrina que fortifico su identidad y filosofía. En sus siguientes 70 años hemos vivido una institución en progreso permanente, que se ha profesionalizado con muchos esfuerzos y encarado serias tormentas venidas de diferentes sectores, que no han logrado entender la impotencia de su policía, para la vida nacional y estabilidad del país; no han logrado razonar que en esos 131 años de vida y experiencia radica la seguridad nacional. Además, que incursionar improvisando en su organización y estructura consolidada a través de una larga centuria, no es tarea fácil. Meterle la mano a una institución de estos quilates, tan sensible a la ciudadanía, tan importante para los gobiernos y tan respetada internacionalmente por sus éxitos en la lucha contra la delincuencia interna y externa, no es estratégicamente viable, pues el peligro de una crisis estará latente. El gobierno actual debe ser consciente de la importancia de contar con una policía fortalecida, consolidada, respetada, acatada y respaldada por las instituciones, la sociedad y el mismo Estado, pues su proyecto de paz total se soportará en esa institución y su independencia administrativa.

Un saludo al mando policial con mis parabienes por sus éxitos profesionales, un abrazo a las mujeres y hombres que hoy visten este noble uniforme y dan brillo a nuestra Policía Nacional, así como una oración por nuestros héroes y compañeros caídos.