Desastres del corazón y fantografías en el MamBo | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Octubre de 2011

Catalina mejía y rodrigo facundo serán los artistas invitados, de estas obras que cuestionan la posición del espectador frente a la interpretación de recuerdos y emociones.

Un trayecto visual que nace de la pintura se recrea en la exposición de la artista Catalina Mejía, autora de Desastres del Corazón, una obra que pretende hilar una historia a través de pintura para que el espectador la construya desde su intuición.
Fantografías es una creación de Rodrigo Facundo, quien presentará una serie de dioramas, es decir que las figuras se ven en dos dimensiones, que se centra en mostrar el efecto dramático de la imagen en los medios.
Estas obras se pueden apreciar en el Museo de Arte Moderno de Bogotá hasta el 14 de noviembre.
Dos obras, un mismo objetivo
Catalina Mejía desarrolló en el premio Luis Caballero, que se llevó cabo en el 2009 en la Galería Santa Fe del Planetario Distrital, un recorrido visual a través de la palabra. Lo que presenta en el Museo de Arte Moderno de Bogotá es un trayecto visual que parte de la pintura.
Si antes era la palabra la que proponía al espectador un repertorio de imágenes, lo que quiere la artista es que esas mismas imágenes, o narrativas, se creen en la mente del espectador y logren, no por la palabra como medio, sino por medio de la pintura, entablar un diálogo y un trayecto con el espectador.
En Desastres del Corazón la artista plantea que el espectador vea una línea en el espacio. Una línea hecha de pinturas una tras otra, pinturas que se construyen en la mente de quien está mirando una historia. Cada pintura es un fragmento de una historia por las imágenes que contiene. Lleva al espectador a construir su propia historia, similar a lo que la artista propuso en las bibliotecas.
La exposición Fantografías es el resultado del interés de Rodrigo Facundo por las imágenes de los medios, que al entrar en nuestro campo de visión marcan las diferencias sociales e históricas. Estas discrepancias alimentan nuestro imaginario y crean nuevos espacios.
Según el artista, “miramos el pasado a través de pruebas y vestigios que van quedando relegados en el tiempo, un tiempo que convive con el presente, con lazos que unen unos eventos y crean una trama que puede abarcar un espacio de tiempo amplio.”
A su vez, le interesa pensar el tiempo como una simultaneidad en la que conviven personas y eventos que son testigos de diversos momentos históricos. La fotografía hace posible esta convivencia temporal. Estas imágenes son paisajes ficticios, que condensan ideas y conceptos, lugares y tiempos en el espacio horizontal de un diorama. Algunas de estas imágenes tienen como referente la reportería gráfica, u otras fotografías en las cuales el color o la época marcan su esencia.
Estas imágenes compuestas de espacio y fotos de gentes son una puesta en escena de los imaginarios del artista, sobre otras culturas y otros tiempos, fotos hechas de otras fotos, que articulan fantasmas propios y ajenos con la realidad histórica.