Venecia prepara isla una "multimedia" | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Octubre de 2013

Una de las mayores empresas italianas, especializada en construir parques de diversión en todo el mundo, presentó este miércoles en Venecia un proyecto controvertido de isla "multimedia" para la cultura y la diversión en el corazón de la ciudad de Marco Polo.

"No, no, no será un parque de atracciones", advierte a la AFP Alberto Zamperlo, propietario de la multinacional italiana Zamperla, quien desea transformar la isla artificial veneciana de San Biagio, ubicada en un extremo del canal de la Giudecca, de 40.000 metros cuadrados, actualmente un basurero, en un parque temático para pasar el tiempo libre, el primero que se realiza en la legendaria Venecia.

"Quiero hablar de la historia de Venecia, una de mis pasiones, pero a mi manera. Yo sé lo que le gusta a la gente. Conozco mi oficio. He realizado parques temáticos en Estados Unidos, Rusia, Irak, México, Corea del Norte, China, Tailandia", cuenta el industrial.

Con una inversión de más de 80 millones de euros y la colaboración de la prestigiosa Universidad Ca' Foscari, en cuya magnífica sede frente al Canal Grande ilustró el proyecto, Zamperla, quiere combinar creatividad, gusto, historia, enseñanza y también lucro.

Autor entre otros de la conversión de la central nuclear de Kalkar, en Alemania, de Eurodisney en París y del Jardín de Tívoli de Copenhaghe, una de la mayores atracciones de Dinamarca, Zamperla lanzó el miércoles el complejo proceso de presentación del proyecto veneciano, con capacidad para recibir 11.000 visitantes al día.

Al ilustrarlo a la prensa, a los responsables del sector servicios de la ciudad y sobre todo a los habitantes, el industrial, que reside en Nueva York y obtuvo ya la concesión de la isla por cuatro años, promete en dos años transformar un lugar abandonado, en un punto estratégico para residentes y turistas.

"Queremos que se realice bien, que tenga una base sólida desde el punto de vista científico y cultural", sostiene Carlo Carraro, rector de la Universidad Ca´ Foscari, quien colabora con un equipo interdisciplinario para la recuperación del medio ambiente de la isla, de su particular flora y fauna y en la creación de diferentes recorridos históricos, que van desde la fundación de Venecia hasta la batalla de Lepanto en 1571 y la evolución del célebre y variopinto Carnaval veneciano.

La presencia de una inmensa rueda panorámica, de la montaña rusa, así como de vagones que transitarán a toda velocidad por un lago artificial o la reproducción de enormes galeones para revivir la legendaria batalla naval entre turcos y venecianos no deja de suscitar controversia entre algunos sectores.

"Estamos completamente en contra. Será un parque de diversión con una inmensa rueda. No critico que se recupere una zona degradada, donde había un incinerador hasta 1980. Es que no necesitamos más atracciones, ya tenemos muchas. Venecia tiene otras prioridades, sus habitantes están desapareciendo, es ya toda un parque de atracciones", sostiene a la AFP Matteo Secchi, de la organización Venessia.com.

Menos crítico resulta el consejero municipal Roberto Vianello, que considera "positivo que se recupere una isla abandonada, con metales pesados y probablemente dioxina, que se encuentra a tan sólo doce minutos de plaza San Marco, el corazón de Venecia", reconoce a la AFP al margen de la presentación.

Para el coloso de la diversión, quien nació a pocos kilómetros de la llamada Serenísima, colaborador de Walt Diyney y vicepresidente de la Federación de Metalúrgicos italianos, Finmeccanica, se trata de un verdadero "desafío".

"No se puede comparar mi proyecto con el de la torre Lumiere del modisto Pierre Cardin, que fracasó", asegura Zamperla, quien si bien considera que no es hábil para los papeleos, su parque ofrecerá trabajo a al menos 500 personas y va a contribuir a administrar el complicado flujo de cerca 30 millones de turistas al año que recibe la ciudad, --muchos de ellos permanecen sólo unas horas--, un fenómeno que amenaza uno de los más frágiles y bellos patrimonios de la humanidad.