Veinte años después, quiere volver a ser decisivo. El actual entrenador del Manchester United, Ole Gunnar Solskjaer, se dispone a enfrentarse el martes al París SG en octavos de final de la Champions... con el fin de devolver a Old Trafford la gloria europea pasada.
Final de la Liga de Campeones. Barcelona, 26 de mayo de 1999. Tras estar 80 minutos en el banquillo, Alex Ferguson ordena el ingreso en la cancha del delantero noruego, cuando los ingleses pierden por 1-0 y el título parece que se escapa.
En el añadido, Teddy Sheringham empata contra el Bayern de Múnich de los Matthaüs, Kahn, Effenberg y compañía. Dos minutos más tarde, en un córner, el 'Baby Face Killer' ('El Asesino con Cara de Niño') marca y ofrece a los 'Red Devils' un título europeo en medio de un estallido de júbilo y celebraciones.
Esa es la imagen que tienen todos los seguidores mancunianos cuando ven a Solskjaer sentado en el banco de Old Trafford: la época gloriosa de Sir Alex y de la generación de 1992 (Beckham, Scholes, Giggs, Butt, los hermanos Neville), cuando el United prácticamente lo ganó todo jugando un fútbol soberbio.
Días de gloria muy lejos de la época posterior con David Moyes, Louis van Gaal y José Mourinho al mando del equipo.
"Por supuesto. Ya tiene al público en el bolsillo. Es uno de los preferidos, ha llegado ya a territorio conquistado con respecto a los hinchas", analiza David Bellion, exjugador francés que jugó en Old Trafford de 2003 a 2006.
"Entra y marcar el gol en el último segundo... ¡eso quedará gravado en la cabeza de mucha gente!. Forzosamente, ¡'Baby Face Killer' es una leyenda! Pero una leyenda discreta", dice el francés.
Modestia, tradición, sonrisa, ataque... Cuatro palabras ausentes en el último año de la era Mourinho, pero cuatro conceptos que por el momento están teniendo un resultado maravilloso.
Solskjaer, que pasó una década a las órdenes de su mentor Ferguson, había anunciado su ambición de volver a la época gloriosa: "Para ganar un partido, hay que dar pases hacia delante y correr hacia arriba", explicó recientemente en Sky Sports.
"Es una mentalidad de ganador, una mentalidad de confianza. Queremos tomar riesgos. Queremos ir a buscar el segundo, el tercer y el cuarto gol, porque es así como lo hacemos en el Manchester United", añadió el noruego, cuya filosofía ya es bien visible.
Desde que llegó al cargo a mediados de diciembre, el noruego no ha abandonado su calma y su sonrisa legendarias para llevar a los 'Red Devils' a lograr 10 victorias y un empate en once partidos disputados, con 28 goles a favor.
Para los dirigentes del club, Solskjaer tenía la ventaja de conocer la entidad, de amarla de manera visceral y de ofrecer un contrapunto jovial a la morosidad de Mourinho... ¡Apuesta ganada! Con contrato hasta el final del curso, el entrenador ya ha salvado la temporada del equipo.
A mediados de diciembre, antes de la llegada de Solskjaer, once puntos separaban al United del Chelsea y de la última plaza clasificatoria para la Liga de Campeones. Una desventaja que ya ha sido superada este fin de semana gracias a las victorias y al buen juego de unas estrellas que al fin están liberadas, a imagen de los franceses Paul Pogba y Anthony Martial o bien parecen con confianza como Marcus Rashford, Victor Lindelöf o Ander Herrera.
La revolución no sólo ha sido a nivel mental. En la cancha, el noruego también ha dejado su huella, dando a cada jugador unas consignas y tareas muy claras... Tal como hacía Sir Alex.
"Tenemos más posesión de balón. Sabemos por dónde atacar y dónde tenemos que ir", ha precisado Pogba, uno de los más beneficiados por el cambio de entrenador. "Tenemos un mejor sistema de juego, más estructurado. Esto hace las cosas más fáciles para todo el mundo, no sólo lo digo por mí. Es verdad que he marcado algunos goles y he dado varias asistencias, pero es también válido para el conjunto del equipo".
Goles y más goles. Motivos para retrotraer Old Trafford a 15 o 20 años atrás. Una victoria contra el París SG sería el 'flashback' completo.