LAS BAJAS tasas de inversión que mostraron las cifras del crecimiento en el cuarto trimestre del 2023, condicionarán la capacidad productiva de la economía a futuro.
Para el analista e investigador del BBVA, Mauricio Hernández-Monsalve, refiriéndose a la inversión dice que “si no se acelera pronto, podríamos tener umbrales de capacidad instalada que promuevan choques inflacionarios posteriores y reducciones del PIB potencial del país. La solución a esta problemática debería empezar pronto y traería beneficios a corto y mediano plazo”.
Señala que “una aceleración de la construcción de infraestructuras apoyaría el crecimiento del empleo y el PIB en el corto plazo, empujaría el pobre resultado esperado para el primer semestre y consolidaría la recuperación al cierre del año. Al mismo tiempo, mejoraría la productividad del país, conectando las zonas alejadas, que son productoras, con los centros principales de consumo, y abriría las puertas para aumentar la capacidad exportadora en el largo plazo”.
Indica que “por lo tanto, la inversión debe ser el tema de conversación en los próximos días. Una economía no solo crece por el consumo, necesita de la inversión para garantizar resultados sostenibles a largo plazo”.
Señala el experto que la economía colombiana creció 0,6% en 2023, moderándose desde el 7,3% de 2022. La demanda interna cayó, principalmente por la menor inversión, el consumo privado se expandió algo más que el PIB (1,1%), el gasto público compensó muy poco de la desaceleración privada (0,9%) y el comercio exterior contribuyó positivamente al crecimiento gracias a la fuerte caída de las importaciones (-14,7%).
Dice que “la inversión fija, el componente más afectado, decreció un 8,9%. Su descenso fue generalizado a todas sus divisiones principales, pero más evidente en maquinaria y equipo (-16,2%).