John, Dolce & Gabbana y libertad de opinión | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Marzo de 2015

Una  de las bases funcionales de una sociedad es, sin duda, el derecho a la libertad de opinión y expresión. Son garantías fundamentales que parten de la base del pluralismo de ópticas que pueden existir dentro de los conglomerados humanos y el respeto que se debe tener por ellas, así no se compartan. Lamentablemente cada vez es más difícil hacer cumplir estas premisas, por cuanto es creciente la tendencia de no pocas personas a criticar, condenar y satanizar a aquel o aquellos que piensan distinto. No hay márgenes de tolerancia ni respeto por el contradictor, sino que de inmediato se le gradúa de enemigo y discriminador.

Una prueba de ello es la polémica que por estos días retumba en la farándula mundial por el choque de criterios entre la leyenda del pop británico Elton John y los no menos famosos diseñadores italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce, cabezas de la marca Dolce & Gabbana.

John llamó a boicotear la marca de ropa y accesorios  después de que Dolce indicara que no estaba de acuerdo con el método de fecundación in vitro.

De inmediato el popular cantante, que tiene dos de sus hijos nacidos por fecundación in vitro, no sólo descalificó en duros términos al diseñador, sino que llamó a boicotear la compra de artículos de su marca. A ello los diseñadores respondieron que su intención no era ofender a nadie, sino que simplemente Dolce expresó una postura acorde con su formación familiar.

Más allá del eco que ha tenido la polémica, y de las connaturales réplicas de lado y lado, teniendo como caja de resonancia las redes sociales, lo cierto es que este caso evidencia que no hay respeto por la opinión distinta ni contraria. Se puede estar o no de acuerdo con el cantante o con el diseñador, o con ninguno de ellos, pero ello en modo alguno da pie para descalificar sus opiniones, ya que todas son igualmente válidas. El error está en creerse dueños de la verdad absoluta o dar por descontado que todo aquel que opina distinto está equivocado o es agresivo por expresar convicciones contrarias.