Las credenciales con las que llega la Selección Colombia a su debut en la Copa América de Estados Unidos, este lunes frente a Paraguay, la presentan como una de las favoritas a llegar a la final. Sin embargo, deberá certificar ese rótulo con una victoria.
Los guaraníes, a su vez, necesitan demostrar que atrás quedaron sus malos días, por lo que representan una amenaza para los dirigidos por Néstor Lorenzo.
Es por ello es que a la hora en que los equipos salten a la cancha del Estadio NRG de Houston, Texas (5:00 p.m.), el invicto de 23 jornadas del representativo patrio para lo único que servirá será como carta de presentación y nada más.
Esos últimos ocho partidos ganados, incluidos los disputados frente a España, Estados Unidos y Bolivia, de nada servirán en las aspiraciones nacionales si no se derrota a Paraguay.
La última caída del combinado patrio fue en febrero de 2022 (1-0 contra Argentina), algo que genera optimismo, pero que a la vez llama a no caer en triunfalismo.
Tanto los jugadores como el técnico han dicho que no los desvela la larga racha sin perder y que tienen los pies bien puestos sobre la tierra.
Colombia, que ha sido protagonista en el torneo, pero que solo cuenta con un título y el recuerdo de aquella presentación de 1975 cuando en partido extra disputado frente a Perú en Caracas (Venezuela) se perdió la corona, quiere cosechar los frutos de un trabajo que le ha permitido mezclar veteranos con jóvenes, así como la identidad de juego que ha establecido el exasistente técnico de José Pékerman.
Una de las ventajas que se tienen frente a los guaraníes es justamente esa, la del proceso que se lleva con Lorenzo, mientras que su rival ha cambiado de técnico, obligado por los flojos resultados.
No hay que olvidar, eso sí, que los ahora orientados por Daniel Garnero tienen, cuando les fallan los argumentos futbolísticos, uno más poderoso: la garra, y que acuden a una estrategia que han querido dejar atrás, pero que no olvidan, la del juego aéreo, como arma para lastimar al oponente.
A lo de siempre
Colombia no llega a esta Copa América a improvisar, sino a dar continuidad al trabajo que inició con la llegada de Lorenzo al banco técnico, tras el fracaso de Reinaldo Rueda y la consecuente eliminación del Mundial de Catar 2022.
El recambio generacional se ha venido haciendo sin prisa pero sin pausa y los resultados están a la vista, con una identidad y una idea de juego claras, así como la tranquilidad de marchar en la tercera casilla de la eliminatoria al Mundial de 2026 y un invicto que, aunque no cuenta mucho a la hora de los partidos, sí sirve para corroborar que las cosas se están haciendo de la mejor manera.
La formación para enfrentar a Paraguay este lunes no dista mucho de la que Lorenzo ha utilizado como base para la eliminatoria.
Camilo Vargas, quien por muchos años fue el suplente de David Ospina, seguirá defendiendo el arco, acompañado por Daniel Muñoz y Johan Mojica por los laterales. Jhon Lucumí es fijo por el centro y las alternativas para acompañarlo son Carlos Cuesta, Dávinson Sánchez y Yerry Mina.
En el sector medular está una de las variantes: Richard Ríos en el lugar de Matheus Uribe, acompañando a Jéfferson Lerma.
Los extremos serán Jhon Arias y Luis Díaz, mientras que James Rodríguez seguirá en su función de generador de ideas.
La otra variante será, de acuerdo con lo que se ha conocido, la de Jhon Jáder Durán en cambio de Rafael Santos Borré, quien hasta ahora había sido ‘intocable’ en la era de Lorenzo. La razón es muy sencilla y es que el jugador del Aston Villa es más fuerte en el juego aéreo que el del Internacional de Brasil.
En esa estructura, el ‘10’, de 32 años, continúa siendo el faro a pesar de sus recurrentes problemas físicos, un lastre que el entrenador argentino al servicio del combinado patrio ha sabido manejar desde que fue oficializado en el banquillo, en junio de 2022.
Rodríguez cuenta además con el apoyo invaluable del extremo Lucho Díaz, estrella del Liverpool, y otros jugadores renombrados.
Duro escollo
Paraguay, por su parte, carga males que lo han privado de regresar a una Copa del Mundo desde Sudáfrica-2010: falta de gol e irregularidad.
Séptimo del premundial suramericano, plaza que envía a la repesca, ganó tres de sus últimos diez partidos, ante las débiles Nicaragua, Bolivia y Panamá, y anotó apenas cuatro goles.
Pero siempre está dispuesto a mostrar la afamada garra guaraní que le dio dos títulos en la Copa América (1953, 1979).
Dirigida por el argentino Garnero, la Albirroja apuesta su resurrección al talento del delantero Julio Enciso (Brighton de la Premier League), de 20 años, y del mediapunta Miguel Almirón (Newcastle, de 30), así como a la fiereza de sus centrales, el capitán Gustavo Gómez y Júnior Alonso.
No tendrá al lesionado centrocampista Diego Gómez, compañero de Messi en el Inter Miami y figura de la selección guaraní sub-23 que logró clasificar a los Juegos Olímpicos-2024.
La apuesta de Garnero y su combo es ganar para demostrar que sus problemas de irregularidad son tema del pasado y que están dispuestos a ser protagonistas de primer orden en la Copa América y a remontar en la eliminatoria. Por ello, son una prueba de fuego para Colombia.