5 mitos sobre el uso de los esmaltes de uñas | El Nuevo Siglo
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Martes, 19 de Noviembre de 2019
Redacción Sociedad con Mayo Clinic

Se dicen muchas cosas acerca de los esmaltes de uñas, sin embargo algunas de estas son mentiras o verdades a medias. ¿Esmaltes libres de químicos dañinos? ¿Cien por ciento hechos con productos naturales? ¿Y qué sucede con los que son para niños? Por eso, y para aclarar cualquier malentendido, estos son algunos de los mitos con los que se intentan engañar a los consumidores

Fue hasta el inicio del siglo XX, después de distintos devenires y evoluciones, que el esmalte de uñas se inventó tal y como lo conocemos. En la década del 20 el maquillador francés Michelle Ménard adaptó las pinturas para carros a usos estéticos y en 1932 grandes empresas estadounidenses del sector cosmético rediseñaron la fórmula con fines comerciales. Así, entre el furor hollywoodense y las modelos de la época, se popularizó el esmalte de uñas como parte de la estética femenina. Una moda que hoy, en pleno siglo XXI, empieza a ganar también adeptos entre los hombres.

No es de extrañar, entonces, que detrás de una historia tan antigua y fascinante persistan algunos mitos y se creen otros nuevos acerca de los esmaltes de uñas. Sobre todo teniendo en cuenta que hacen parte de una industria que en Colombia mueve miles de millones de pesos.

Por eso, vale preguntarse, ¿qué tanto es falso y qué tanto es verdad cuando hablamos de los esmaltes de uñas?

1. ¿Todos los productos químicos son dañinos?: falso. Existen a nivel mundial entidades que regulan y establecen cuales son los ingredientes permitidos para uso cosmético que no afecte la salud, algunas de estas entidades son la FDA en los Estados Unidos y el COLIPA en la Unión Europea. En los esmaltes de uñas se han eliminado químicos como: el tolueno, formaldehído, resinas de formaldehído, alcanfor, dibutilftalato, entre otros, como ingredientes que podrían ser nocivo, tóxico y potencialmente carcinogénicos.

2. ¿Es posible que existan esmaltes naturales sin químicos?: falso, la respuesta es aún no. A pesar de que en su elaboración se utilizan materiales naturales, a la fecha es imposible hacerlos sin la intervención de ingredientes que provengan de modificaciones químicas. Para conseguir en el esmalte de uñas propiedades como: la duración, el brillo, el color y otros atributos propios se necesitan agentes formadores de película, disolventes y pigmentos de color, entre otros.

3. ¿Y qué sucede con los esmaltes para niños o personas enfermas? En el mercado existen opciones de esmaltes a base de agua para niños o para uso por personas con condiciones delicadas de salud, libres de ingredientes químicos tóxicos para no comprometer de ningún modo su salud. Sin embargo, cuando se habla de ingredientes químicos que no comprometen su salud debemos aclarar que todo ingrediente o sustancia que sea natural o procesada de síntesis químicamente puede que no sea nocivo para la salud, esto depende de los niveles de uso y de grado de riesgo evaluado a nivel mundial por los organismos descritos anteriormente.

4. ¿Más free significa una mejor calidad de esmalte?: Verdad a medias, cuando las marcas en sus formulaciones declaran libre de ciertos componentes (X FREE), no necesariamente se mejora la calidad del esmalte en cuanto a duración, brillo y secado entre otras.

Cuando una compañía declara en su etiqueta libre de estos componentes nocivos, se hace referencia a que en su formulación anterior si contenía estos ingredientes y fueron sustituidos para disminuir el riesgo en la salud.

5. Ante la duda, nada mejor que revisar los ingredientes informados y sus beneficios declarados: Verdadero. Hoy en día todos tenemos acceso a mucha información (internet, vos a vos, influencer etc...) la cual debe ser verificada y todo consumidor tiene el derecho a saber qué ingredientes y que beneficios son realmente declarados y certificados por su marca de esmalte favorito y. Por eso, si bien las opciones 100% naturales son inexistentes, cada usuario debe estar en la capacidad de decidir y la certeza de saber con total claridad el producto que está comprando para evitar ser engañado con falsas promesas o información inexacta. Nada genera más confianza que un producto en el que se lea su composición, sus beneficios y sean estos claramente explicados y verídicos en la comunicación ¡La información es poder!