El asesinato del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un ataque del ejército israelí cerca de Beirut es "una medida de justicia por sus numerosas víctimas, entre ellas miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses", dijo el sábado el presidente de Estados Unidos Joe Biden.
Washington "apoya plenamente el derecho de Israel a defenderse contra el Hezbolá, Hamás, los huties y cualquier otro grupo terrorista respaldado por Irán", añadió el mandatario en un comunicado.
De su lado, la vicepresidenta y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, calificó a Narsalá de "terrorista con sangre estadounidense en sus manos".
"Hoy las víctimas del Hezbolá tuvieron una medida de justicia" y "siempre apoyaré el derecho de Israel a defenderse", agregó.
Biden dijo también haber ordenado al secretario de Defensa que "mejorara aún más la postura de defensa de las fuerzas militares estadounidenses en la región de Oriente Medio para disuadir una agresión y reducir el riesgo de una guerra regional más amplia".
La declaración del presidente se produce en momentos en que el Departamento de Estado ordenara a los familiares de sus diplomáticos en Beirut evacuar la capital libanesa y autorizara la salida de parte del personal "debido a la volátil e impredecible situación de seguridad" en esa ciudad.
La cancillería también instó a los ciudadanos estadounidenses a irse del país "mientras las opciones comerciales aún estén disponibles".
Fuentes militares de Israel anunciaron el sábado por la mañana que Nasralá, quien encabezó al movimiento armado Hezbolá durante más de tres décadas, murió en un bombardeo dirigido a la sede del grupo en los suburbios del sur de Beirut el viernes por la noche.
Hezbolá confirmó oficialmente la muerte horas después.