¿Volver al carbón, inevitable salida para la UE? | El Nuevo Siglo
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Lunes, 18 de Julio de 2022
Redacción internacional con AFP

Ante el cada vez más incierto suministro del gas ruso, los países miembros de la Unión Europea se aprestar a adoptar un vasto plan de emergencia que va desde promover el ahorro hasta retornar a la producción con carbón y otras fuentes alternas de energía más contaminantes.

En medio de la canícula que azota desde hace unas semanas gran parte del viejo continente y, por ende, a la casi totalidad de los 27 miembros del colectivo comunitario, la Comisión Europea (CE) presentará este miércoles en Bruselas -donde están reunidos sus ministros de relaciones exteriores- el denominado “Ahorrar gas para un invierno seguro” que contempla flexibilizar los controles que sobre emisiones contaminantes y de dióxido de carbono se adoptaron en la pasada cumbre climática de Glasgow COP 26.

Argumentando un problema técnico (una turbina que está en reparación en Canadá y mantenimiento de la red) Rusia cerró hace una semana el grifo del gasoducto Nord Stream 1 a Alemania y redujo sus envíos de gas a Italia y Austria, en un tercio y 70% respectivamente, al igual que a otros países de Europa occidental.

El cierre durante 10 días de dos tuberías, anunciado desde hace tiempo, debería haber sido en teoría una formalidad técnica. Pero en el contexto de la guerra en Ucrania y el pulso entre Rusia y los occidentales sobre la energía, nadie puede predecir lo que vendrá. De allí que los 27 estén en alerta roja por la creciente demanda en este asfixiante verano, pero sobre todo porque se agoten las reservas o no se consiga un sustituto del gas para el invierno, en pocos meses.

Vale recordar que, desde el comienzo de la guerra, Alemania cerró otro gasoducto ruso que debía entrar en funcionamiento -Nord Stream 2- y está haciendo esfuerzos para reducir su dependencia, que sin embargo sigue alta: el 35% de sus importaciones de gas provienen de Rusia, contra el 55% antes de la guerra. Y más del 50% de la calefacción de los hogares recurre al gas.

Una paralización permanente del Nord Stream 1 no castigaría solo a la primera economía europea, ya que el gas que envía a Alemania, específicamente a la localidad de Lubmin, sigue transportándose también a Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos "y otros países".

Por ahora el grifo ruso sigue cerrado y no hay garantía de que se vuelva a abrir. A sabiendas de que un corte definitivo o una interrupción prolongada del suministro agravaría la crisis energética que ya padece Europa, con precios en alza y el temor de un invierno muy difícil es que la CE presentará elaboró el plan de emergencia que tiene como eje central recuperar la sustitución del gas por otros combustibles sin importar que sean más contaminantes. Es la única salida posible ante la situación sin precedentes que, producto de las sanciones impuestas al Kremlin por la guerra, tiene el viejo continente para satisfacer la demanda energética tanto de hogares como de la industria.

En la introducción del mismo, tras invocar “el espíritu de solidaridad” que es el ADN de la Unión Europea, explica para evitar racionamiento es inaplazable la introducción de medidas coordinadas para reducir el consumo de gas al igual que todas las fuentes alternativas posibles, sean o no con un mayor nivel de emisiones de gas.

Es así como no sólo se muestra partidaria de relajar los protocolos medioambientales establecidos, sino que inclusive propone facilitar la transición hacia las mismas con ayuda estatal.



“Aunque el cambio a las fuentes renovables de energía es la principal prioridad, la Comisión aplicará también temporalmente toda la flexibilidad disponible en la directiva de emisiones industriales y en la directiva de evaluación del impacto medioambiental” señala el organismo presidido por Urusla von Der Leyen, quien recordó que pese a la difícil situación no cederán en las sanciones impuestas a Rusia por su injustificada invasión militar a Ucrania.

Y aunque el organismo comunitario no ha debatido este proyecto de contingencia, ya algunos han dado ese salto. Ejemplo de ello es Alemania donde se volvió a jubiladas plantas de carbón para producir energía eléctrica con el objetivo central de ahorrar este verano todo el gas posible para garantizar la necesaria reserva para el invierno porque, de lo contrario, será una “pesadilla” expresó el ministro de Economía y líder de los Verdes, Robert Habeck.

El canciller Olaf Scholz dio vía libre, días atrás, a que fueran reactivadas 27 de esas instalaciones que se habían cesado por sus elevadas emisiones de gases de efecto invernadero y en desarrollo del plan de energías limpias que ese país lideraba en Europa.

En otros países como en Francia, el presidente Emmanuel Macron desde meses atrás reactivó las centrales nucleares para producir energía mientras que otros, como Bélgica, retrasaron el cierre de las mismas con igual objetivo. En las que tienen cómo, tal es el caso de Hungría, se ha recurrido a la geotérmica.

El plan de contingencia establece también que hogares e industrias disminuyan el consumo de gas, lo que hoy se vislumbra complicado ya que con la ola de calor extremo que enfrentan desde hace semanas se ha disparado el uso de aires acondicionados en hogares, empresas y fábricas, inclusive batiendo récord históricos en algunas naciones como en España, donde el fin de semana en la segunda ola de calor en menos de un mes, en algunas regiones los termómetros subieron hasta 45 grados centígrados, en Francia alcanzaron ayer 41 grados centígrados y en Reino Unido se esperaba que el mercurio marcara los 40 grados, algo inédito.

“Es una ola de calor intenso, no una típica ola de calor de verano” sostuvo el meteorólogo de Météo France, cuando el oeste de Francia se encuentra en "alerta roja", mientras que para los ciudadanos del común estos días están “más calientes que el Sahara”.

En otro ítem, la Comisión Europea propone que cuando sea “técnica y legalmente posible” en este verano los aires acondicionados de edificios públicos y centros comerciales se limiten a 25 grados centígrados y, en invierno, la calefacción no supere los 19 grados.

De igual forma insta a ahorrar lo máximo posible en los hogares ya que como se sabe, bien en calor y frio el gas se utiliza para refrescar o calentar. Reitera el documento que solo en caso extremo se llegaría a un racionamiento del combustible en los mismos por ser un servicio público y esencial, por lo tanto, protegido.

En esa misma línea sugiere que los países del colectivo incentiven con compensaciones económicas a las empresas que reduzcan el consumo de dicho combustible y apoya mejores prácticas como subastas o sistemas de licitaciones para las industrias.

Esas subastas, explica, podrían ser organizadas entre varios países "para maximizar las posibilidades de consumidores que operan en varios Estados miembros y para Estados miembros con menos medios fiscales".

Otra posibilidad son los llamados "contratos de interrumpibilidad", que contemplan la concesión de compensaciones económicas para financiar una reducción predeterminada del consumo de gas durante un periodo de desconexión.

Estas medidas de ahorro son con miras al invierno y durante éste se recomienda utilizar fuentes alternativas de calefacción como bombas de calor en edificios y campañas para que los hogares bajen como mínimo un grado la temperatura del hogar.

La UE compra anualmente 163.000 millones de metros cúbicos de gas a Rusia, un tercio de los cuales pasa por el gasoducto Nord Stream. El objetivo del plan de la Comisión que, como reseñamos, se debatirá a partir de este miércoles, es ahorrar entre 25.000 y 60.000 millones de m3 de gas de aquí al comienzo del invierno.

Aunque no se quiera, adoptar este plan de contingencia que pasarse a fuentes de energía más contaminantes afectará los compromisos adquiridos en la COP26 realizada el pasado noviembre donde la Unión Europea estableció reducir las emisiones contaminantes al menos al 55% para el 2030.

Entre tanto, la estatal rusa Gazprom bombea con fuerza y al máximo combustible a China, al punto que el domingo estableció un récord histórico para el volumen diario de suministro de gas a través del gasoducto Power of Siberia. Este año, con corte a junio, las exportaciones del mismo aumentaron un 63.4%, hasta 7.500 millones de metros cúbicos.