En el Estado Táchira, Venezuela, la jornada electoral ha sido marcada por una tragedia que ha generado gran indignación y preocupación en la región. La violencia estalló en un centro de votación cuando un hombre, Julio Valerio García, de 40 años, fue abatido por presuntos colectivos chavistas mientras esperaba los resultados de las elecciones presidenciales.
El ataque ocurrió en la escuela John Kennedy, ubicada en Palmira, El Guásimo. Según testigos, los agresores llegaron en una camioneta blanca, abriendo fuego contra García, quien se identificaba como opositor al Gobierno nacional.
La situación se ha vuelto crítica, con las autoridades locales recomendando a los ciudadanos que se refugien en sus hogares para evitar posibles enfrentamientos. La tensión es palpable en las calles, y varios periodistas han optado por abandonar la cobertura de los eventos debido al riesgo de agresiones. Las fuentes en el lugar informan que la recomendación de mantenerse en casa ha sido ampliamente acatada, dado el clima de temor y la posibilidad de nuevos ataques.
Además de este trágico suceso, se ha reportado otro incidente en el municipio de Bolívar, cerca de Cúcuta, donde una persona resultó herida por arma de fuego. La víctima, Jesús Libardo Nieto, se encontraba a las afueras de un centro de votación cuando fue atacado por hombres vestidos de negro que se encontraban armados. Nieto fue trasladado a un centro asistencial para recibir tratamiento, y en algunos casos, incluso se ha informado que fue llevado hasta Cúcuta para una intervención quirúrgica.
La llegada de grupos vestidos de negro en otros centros de votación ha intensificado el clima de miedo. Estos individuos han sido reportados intimidando a los votantes que esperaban los resultados, contribuyendo a un ambiente de alta tensión y ansiedad en la población. Muchos ciudadanos han optado por permanecer encerrados en sus viviendas, motivados por el temor a los ataques de grupos que se desplazan en motocicleta, presuntamente compuestos por colectivos chavistas que buscan presionar a quienes apoyan a la oposición.
La violencia en Táchira refleja un contexto electoral marcado por la polarización y la confrontación, exacerbando las preocupaciones sobre la seguridad y el respeto a los derechos civiles en el país. La situación actual demanda una atención urgente para garantizar la protección de los ciudadanos y asegurar un proceso electoral libre de intimidaciones y violencia.