2025 será un año retador, donde tendremos dificultades a nivel fiscal: Acopi | El Nuevo Siglo
MARÍA ALEJANDRA Osorio es la vicepresidenta nacional de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi).
Martes, 14 de Enero de 2025
Redacción Economía

MARÍA ALEJANDRA Osorio es la vicepresidenta nacional de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) y la directora de la seccional Bogotá. Habló con EL NUEVO SIGLO sobre lo que representa para los industriales el aumento del salario mínimo, cómo le fue a este sector en 2024 y lo que esperan de la reforma laboral que el Gobierno aspira a sancionar este año.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el impacto para las pequeñas industrias de este incremento del salario mínimo que comienza a regir a partir de este año?

MARIA ALEJANDRA OSORIO: El aumento del salario mínimo tiene como dos partes de impacto. Una parte tiene que ver con los costos directos que asumen las empresas a la hora de la contratación de sus trabajadores, en donde el incremento, si bien nominal es del 9,5%, cuando ya uno lo transfiere a los números, pues estamos hablando de incrementos que pueden ser mayores, teniendo en cuenta que se incrementa la base sobre la cual se hace la liquidación de prestaciones sociales, las afiliaciones a los subsistemas, todo el tema de prestaciones, como tiene que ver con vacaciones y los temas de cesantías, y adicional, el subsidio de transporte, que también tuvo un incremento, y hace parte de la base sobre la cual se hace esa liquidación de las prestaciones y de la seguridad social.

Es un 2025 retador, un año donde tenemos dificultades a nivel fiscal, lo cual necesariamente repercute en el sector privado de manera directa en algunos sectores como son el sector agropecuario, servicios públicos, pero también de manera indirecta porque eso quiere decir que va a haber menos presupuesto de inversión.

 

ENS: ¿Cómo afecta este incremento en el consumo de los asalariados?

MAO: Si bien aumentan los ingresos de los trabajadores que están en el rango de un salario mínimo, pues también se incrementa todo lo que consumen estos mismos trabajadores. Todavía se sigue trabajando de la mano con el ministerio, en mesas de trabajo, donde se trata de desindexar la mayor cantidad de productos y servicios que están ligados al incremento del salario mínimo, como son los impuestos, los tributos que se cobran a nivel, tanto local como nacional, por aquello del incremento en la UVT, y también temas relacionados como son los arriendos, como son los traslados que hacen los productores y los distribuidores a los productos, pues consecuencia del incremento en sus costos de producción en el rubro de la nómina y de los trabajadores.

Entonces, es de cara y sello, realmente lo que vemos es que este incremento tiene un impacto bastante fuerte sobre las posibilidades de crecimiento y desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, y también sobre las posibilidades de mayor crecimiento de la economía, si bien la inflación se ha venido controlando, que creemos que es un punto muy positivo que se logra en el 2024, pues seguramente hay otros asuntos como factores externos, tenemos toda la coyuntura geopolítica a nivel global y también las fluctuaciones del dólar que van a terminar impactando los costos de producción. Entonces, eso es como el análisis que hemos hecho desde Acopi.

ENS: ¿Cuál era la propuesta que tenía Acopi en la mesa de negociaciones? ¿Cuánto era el incremento que ustedes proponían?

MAO: La primera propuesta que nosotros teníamos era concertar, esa es la primera cosa importante. Acopi planteó en la mesa de negociación todo el tiempo la voluntad, y no solamente la voluntad, sino con propuestas sobre la mesa, pues la posibilidad de llegar a un acuerdo, a un consenso. Eso creo que es muy importante resaltarlo, porque jugamos ese papel de tener una propuesta que, si bien era todavía alejada de lo que finalmente se logró, pues tenía o mostraba la voluntad real de poner sobre la mesa las propuestas.

Lo segundo es que, nosotros partimos de una base que estaba supeditada al incremento de la inflación, y ya después, posteriormente, se fue ajustando a una cifra que dieron los gremios económicos de manera confidencial al ministerio, que básicamente lo que trataba era de llegar a un punto medio entre la inflación más la productividad, total de los factores, que era alrededor del 7,2 o 7,5% del valor del incremento.

Entonces, creemos que realmente sobre esa propuesta se hubiera podido llegar a un mejor incremento que no afectara la capacidad de compra, la capacidad del poder adquisitivo de los trabajadores, pero que también le diera un equilibrio al crecimiento empresarial.

ENS: ¿Cuál es el porcentaje en el país de las empresas que están categorizadas como micro, pequeñas y medianas?

MAO: El 99% de las empresas en Colombia están categorizadas entre micro, pequeñas y medianas, siendo el rubro de mayor cantidad el de microempresas. Cuando hablamos de microempresas, ahí tenemos una situación, y es la informalidad, que es otro asunto que también se dejó sobre la mesa a la hora de la negociación de este salario mínimo, y es que el 50% de la fuerza laboral del país está por fuera de la formalidad. Es decir, que 5 de cada 10 ciudadanos que trabajan, que salen todos los días a rebuscarse su dinero para poder subsistir, lo hace desde la informalidad.

ENS: ¿Cómo les fue a las empresas del sector en 2024?

MAO: El reporte de la Superintendencia de Sociedades nos deja ver que el año pasado, en el reporte de las 10.000 empresas más grandes del país, donde hay mucha pequeña y mediana empresa, lo que se observa es una disminución en las ganancias y las utilidades empresariales casi de un 24%.

Entonces, eso ya da señales que hay un signo de alarma a nivel estructural dentro del crecimiento y el desarrollo económico. También la Superintendencia arroja unos informes de cierre y de empresas que se encuentran en procesos de liquidación y de reestructuración que viene en aumento en un 30% del 2023 frente al 2022. Entonces, esos dos signos lo que muestran es que tenemos un tejido empresarial que se logró recuperar más o menos en 2022 a los niveles anteriores a la pandemia, pero que ya con esta nueva coyuntura económica, donde tenemos la situación geopolítica, agudización de conflictos bélicos, tenemos dificultades a nivel de logística internacional, una reconfiguración por todas las inversiones que viene haciendo China en el continente y adicional a la inestabilidad y la incertidumbre económica que es lo que ha marcado a nivel económico los últimos dos años de Colombia.

Entonces, con ese cóctel lo que podemos decir es que la situación no está fácil, las empresas siguen subsistiendo, siguen tratando de mantener sus cuotas de mercado, pero realmente sí se identifican dificultades grandes dentro del crecimiento y el desarrollo de la economía para las empresas colombianas.

ENS: ¿Cuál es la mayor preocupación que les genera la reforma laboral que tramita el Gobierno?

MAO: Va a ser más difícil que las empresas sean formales con las nuevas condiciones que trae la reforma. Y eso implica lo que nosotros hemos denominado el proceso de desformalización.

Eso quiere decir que empresas que antes eran formales ahora van a empezar a ser informales en el cumplimiento normativo sectorial, los cumplimientos legales tributarios, los cumplimientos legales a nivel de seguridad y salud en el trabajo.

Entre otras muchas otras cosas que deben cumplir las empresas y que acá con esta reforma laboral se les está poniendo cada vez la vara más alta. Eso que genera que, si hay menos empresas, pues hay menos posibilidades de formalizar laboralmente a toda esa cantidad de personas, esa inmensa mayoría de colombianos y colombianas que están en la informalidad hoy. Entonces eso creemos que es como el problema estructural de la reforma.