Con la semilla, cáscara y pulpa de estas tres frutas tropicales de Colombia se obtuvieron compuestos antioxidantes para usarlos como ingredientes activos de productos farmacéuticos y cosméticos.
“Encontramos alto contenido de licopeno y betacaroteno, composición que denota el potencial que tienen como fuente de antioxidantes que se pueden emplear en productos cosméticos como protectores solares”, señala Ángela María Idárraga Vélez, magíster en Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.
Agrega que “de las semillas también se obtuvieron extractos de ácidos grasos como el oleico, linoleico y palmítico. Los diferentes ácidos grasos encontrados tienen usos asociados tanto con la hidratación, prevención o reducción de la hiperpigmentación, como con propiedades antiinflamatorias de la piel”.
La magíster extrajo compuestos fenólicos –un tipo de antioxidante– por medio de etanol, un solvente no tóxico que luego se retiró por el método de la evaporación a bajas temperaturas.
“Como algunos compuestos con capacidad antioxidante tienen la característica de ser inestables químicamente ante la exposición a altas temperaturas y a fuentes lumínicas, se estudió una metodología de extracción de estas moléculas y se halló un proceso que no las afecta”, menciona la magíster.
Explica además que “lo novedoso de esta investigación radica en el uso de microondas y ultrasonido para acelerar el proceso de extracción del antioxidante. Se usan presiones mayores a 70 bares (unidades de presión) y temperaturas de hasta 80 °C; el uso de disolventes es inferior al 50 %, con lo que se logra una extracción de compuestos en menor tiempo y con un mayor rendimiento”.
En la etapa experimental se realizó la caracterización porcentual para las semillas, cáscara y pulpa de cada una de las frutas. Para la selección de la ahuyama y la papaya, la clasificación se hizo considerando el estado de maduración, color y tamaño.
Los residuos de las materias primas de papaya y ahuyama se obtuvieron en establecimientos cercanos a la UNAL Sede Manizales, y las de naikú en un puesto de mercado de Leticia (Amazonas).
“Luego recolectar el material, se examinó que su calidad fuera la deseada y se homogeneizó; en las semillas se tuvo cuidado de que no hubiera material en descomposición, y en la cáscara que todos los cortes tuvieran la mínima cantidad de pulpa posible y el mismo grosor y color”, explicó la magister.
La caracterización de los extractos obtenidos fue efectiva, ya que la capacidad antioxidante se mantuvo después de la extracción. “El rendimiento de extracción con la técnica de microondas y ultrasonido tuvo un valor superior al 85 %, lo que sugiere que se trata de un método atractivo para las industrias, por su alta productividad”.
Diariamente las personas están expuestas a contaminantes como el estrés, el tabaco, el alcohol, el esmog y los mismos residuos que produce el organismo, conocidos como radicales libres, los cuales favorecen el envejecimiento prematuro de las células.
La magíster Idárraga manifiesta que la función de los antioxidantes es prevenir la oxidación de las células, pero aclara que muchas veces su labor es proteger aquellas que tienden a evolucionar de manera negativa. “La aparición de una célula cancerosa, por ejemplo, se puede prevenir con un alto consumo de frutas y verduras ricas en antioxidantes”, subraya