Tips para controlar el hambre en momentos de estrés | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 26 de Agosto de 2020

TODOS ESTAMOS aprendiendo a lidiar con nuestra nueva normalidad. La orden emitida de “Quedarse en Casa” nos ha llevado a cambiar la forma en la que nos comunicamos, nos ejercitamos, trabajamos y comemos. Todos estos cambios repentinos y la necesidad de adaptarnos rápidamente pueden hacernos sentir estresados.

Este es un buen momento para hablar sobre el estrés y cómo manejarlo. Podría sorprenderte saber que la ansiedad y el estrés pueden manifestarse en tus patrones de alimentación, que generan lo que comúnmente llamamos comer como consuelo emocional o por estrés.

Pero, ¿cómo salir de este triángulo peligroso del estrés, la ansiedad y la comida en este tiempo en casa? Susana Bowerman, directora senior, en educación y capacitación mundial en nutrición de Herbalife Nutrition explica cómo hacerlo de la manera correcta:

¿Por qué comemos por estrés?

Comer por estrés es más o menos como suena. Se trata de ingerir alimentos para escapar de los sentimientos negativos que tenemos, con la esperanza de que la comida mejore el ánimo.

En ocasiones es una decisión consciente, pero normalmente es solo una respuesta sin sentido a una emoción vaga y negativa que difícilmente podemos señalar. El estrés y el aburrimiento pueden provocar que comas por consuelo emocional, sobre todo si estás encerrado en casa, rodeado de comida todo el día. Ya sea que estés ordenando comida reconfortante que contiene más calorías que tus comidas habituales, o que estés cocinando en casa solo con los ingredientes que tienes a la mano, puede que no estés comiendo como solías hacerlo.

El estrés puede provocar fatiga o depresión, así que una alimentación balanceada puede opacar a la comida reconfortante. Aquellos alimentos con alto contenido calórico pueden estimular la liberación de ciertos químicos en nuestro cerebro que nos hacen sentir bien, pero a la vez, nos mantienen comiendo. En un círculo vicioso, comer en exceso puede provocar un aumento de peso, altos niveles de estrés y por ende, seguir comiendo en exceso.

¿Cómo ayudar a controlar el hambre por estrés?

Lo más importante ahora es que todos cuidemos de nosotros mismos de la mejor forma posible. Por ello, te presentamos cinco formas de manejar el estrés y practicar buenos hábitos alimenticios para mantener nuestro bienestar general:

Acepta tus sentimientos

¿Sabías que las emociones desencadenan el hambre por estrés? Así que, ¿por qué no identificarlas? Está bien sentirnos enojados, solitarios y aburridos de vez en cuando. Estos sentimientos pueden ser desagradables, pero no son peligrosos y no siempre es necesario “componerlos”. Permite que tus emociones fluyan sin juzgarlas. Busca otras alternativas a la comida.

Por ejemplo, un paseo rápido o una bebida caliente podría funcionar. Si sientes la necesidad de comer, prueba alimentos crujientes; te ayudarán a liberar el estrés poniendo a trabajar los músculos de la mandíbula. Intenta consumir bocadillos como almendras, nueces de soya o pequeñas zanahorias.

No te saltes las comidas

Date la oportunidad de comer. Cuando estás estresado, es fácil posponer las comidas o incluso saltarlas todas, sin embargo, los niveles de energía, como resultado, se verán afectados y podrías terminar comiendo de más, incluso después de haber terminado de comer. Si el estrés elimina tu apetito, intenta comer pequeñas cantidades de comida más seguido durante el día.

Reduce la cafeína

Las personas suelen sentir una falta de energía cuando están estresados y recurren a la cafeína como estimulante. Sin embargo, puede alterar tu descanso en la noche. Si te mantiene despierto en la noche, opta por bebidas sin cafeína.

Lleva una alimentación consciente

Cuando comes de manera consciente, intentas estar más alerta de las señales internas de tu hambre y saciedad, además de encontrarte en sintonía con lo que las desencadena. La alimentación consciente puede ayudarte a comer solo lo necesario y permitirte disfrutar más la comida, incluso cuando comes menos. También puedes aprender a estar más atento a lo que tu cuerpo está ingiriendo.

Recuerda que no es momento de restringir tu ingesta, sino de concentrarte en consumir alimentos ricos en nutrientes para mejorar la nutrición y así favorecer el normal funcionamiento del sistema inmunitario. Sin duda alguna, se ha añadido estrés a nuestras vidas, pero aprender a lidiar con este puede hacer que las personas que te importan, tu comunidad y tú sean más fuertes.