Un momento paradójico ha vivido Colombia desde el pasado 28 de abril con la realización del paro nacional y las subsecuentes manifestaciones, que se han tomado las calles de la mayor parte del país con miles de ciudadanos protestando contra la reforma tributaria y exigiendo al Gobierno una serie de reivindicaciones sociales, justo cuando se atraviesa el tercer pico de la pandemia, muy fuerte en número de contagios y fallecidos.
Las consecuencias de esta situación son imprevisibles pues si bien hay varios expertos que consideran que las aglomeraciones que se han visto estos días en las calles pasarán factura en unas dos semanas, porque miles de personas estuvieron juntas sin mantener el distanciamiento, hablando y gritando, muchas veces sin tener en cuenta que no tenían el tapabocas bien puesto; otros epidemiólogos piensan que si bien hubo una exposición que favoreció adquirir el covid-19 en estas marchas, ello no implica necesariamente un contagio masivo pues hay varios factores que podrían haber jugado a favor de la salud de estas personas, por ejemplo, que estuvieron en sitios abiertos.
En cualquier caso, lo cierto es que las protestas en estos 11 días han desplazado el foco de atención del país, que durante más de un año había estado dirigido en la pandemia. Incluso las protestas han tenido un efecto contrario en la vacunación, pues se ha visto alguna reducción por las dificultades que se han presentado para el transporte de las dosis a las regiones y porque el mismo personal de salud, incluso, ha sentido miedo en ciudades como Cali para salir a aplicar las dosis.
El infectólogo Carlos Álvarez, designado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como coordinador nacional de estudios sobre el covid-19 en Colombia, realizó un llamado a los ciudadanos para reforzar las medidas de autocuidado y evitar aglomeraciones que faciliten el riesgo de contagio. "Muchas de las medidas adoptadas lo que buscan es disminuir esa interacción. Por el contrario, todas actividades que aumenten la interacción, toda aglomeración que se genere, por la razón que sea, hará que aumente el riesgo", destacó Álvarez.
Por su parte Juan Fernando Vesga, Phd en Epidemiología de enfermedades infecciosas, manifestó que "las aglomeraciones son nuestro peor enemigo en términos de transmisión".
Mientras que desde la Asociación Colombiana de Salud Pública, su presidenta Dionne Alexandra Cruz dijo que “si bien hay razones de sobra para que los colombianos se movilicen, necesitamos acudir a formas creativas utilizando las redes sociales, los medios de comunicación masivos, las formas simbólicas que otrora hemos utilizado para expresar esa inconformidad, pero manteniendo siempre las medidas de cuidado colectivo. Es decir, evitando a toda costa las aglomeraciones. Las variantes internacionales que están circulando en nuestro país son mucho más contagiosas”.
Por su lado la subsecretaria de Salud de Medellín, Natalia López, dijo que “estaremos viendo los primeros efectos de la movilización social y las manifestaciones probablemente” al comienzo de esta semana.
Colombia atraviesa por el tercer pico de la epidemia en el que se han reportado las cifras diarias de mortalidad más altas a causa del virus; además de tener una alta ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos y una disponibilidad nacional de tan solo el 17%, de las más de 12.700 camas habilitadas.
A esta situación se suma la limitación en el abastecimiento de oxígeno y medicamentos. Frente a ello el viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, Luis Alexander Moscoso, hizo un llamado al compromiso social para superar este complejo momento de la pandemia. "Tomemos conciencia, lo que estamos poniendo en juego es nuestra vida, la de nuestros familiares, no estamos en momentos para celebrar, por ejemplo, Día de la Madre".
En ese sentido es anecdótico que el Gobierno llame a las familias a no celebrar el Día de la Madre, al tiempo que miles de personas están por estos días participando en las marchas. Pero es entendible que los funcionarios se cuiden de advertir que estas protestas podrían ser un gran vector de transmisión, pues podría ser tomado como que el Gobierno quiere valerse de esto para restringir el derecho a la protesta.
No obstante dos días antes del paro nacional, el Ministerio de Salud en un comunicado hizo una solicitud respetuosa a los organizadores de las marchas a que aplazaran por unas semanas esta jornada a la espera de que se redujera el nivel en los contagios.
En esa oportunidad el ministro de Salud, Fernando Ruiz, advirtió que “en este momento crítico es claro que las aglomeraciones podrían incrementar el contagio, especialmente con la evidencia actual de linajes más contagiosos circulando en el país, que llevarían a un incremento rápido en la ocupación (de las) UCI y en la mortalidad específica”.
En tanto que tras la jornada del paro nacional el Ministro señaló “las aglomeraciones que vimos el día de hoy, la situación que se nos presentó el día de hoy, nos generan un riesgo absolutamente evidente, en un momento en el que la situación del país muestra que tenemos limitaciones importantes en la disponibilidad de oxígeno, y en donde tenemos prácticamente el 70% de las ciudades grandes de este país en una situación de pico epidémico”.
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Opinan más epidemiólogos
Claudia Vaca, farmacoepidemióloga y directora del Centro de Pensamiento, Medicamentos, Información y Poder, de la Universidad Nacional, indicó a EL NUEVO SIGLO sobre los contagios que “existe la probabilidad dado que en algunas ocasiones hay demasiada cercanía entre las personas que están marchando.
Sin embargo casi todas estas actividades se están realizando al aire libre y eso disminuye un poco la probabilidad”. Agregó que es “muy difícil predecir qué tanto estas concentraciones pudieran estar explicando la totalidad del aumento de casos, si es que se presentan en estos días”.
Mientras que Luis Jorge Hernández, epidemiólogo y profesor de la Universidad de los Andes, dijo a este Medio que “toda aglomeración es un riesgo, pero se ha visto en Bogotá y en general en el país, que si bien ha salido gente a marchar y ha habido violencia, mucha gente le ha dado miedo y eso ha producido una cuarentena a la brava, mucha gente se ha quedado en la casa”.
Al tiempo que Carlos Enrique Trillos, epidemiólogo de la Universidad del Rosario, dijo a este Diario que “con las marchas hay que tener en cuenta son consideradas eventos de súper transmisión. Esto quiere decir que hay una serie de condiciones que se suman, que ayudan a que se aumente la transmisión viral”.
Agregó que por el número de personas en las marchas no se logra mantener un distanciamiento físico, “además hay alto contacto, aparte de eso la gente está hablando, está gritando. Eso implica mayor expulsión de partículas”.
Adicionalmente dijo que hay gente que no usa en las marchas adecuadamente el tapabocas. “Además la euforia del momento, eso suma. La otra parte es que dura muchas horas” y “hay gente que está tocando instrumentos de viento, eso dispara más partículas”.
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Caso especial
En varios países se han producido manifestaciones en plena pandemia como en España, Alemania y Estados Unidos, entre otros; sin embargo Colombia es el único donde se originaron por una reforma tributaria.
En Alemania la celebración del Día del Trabajo, el pasado Primero de Mayo, fue excusa para que miles de ciudadanos protestaran contra las medidas restrictivas por la pandemia, lo cual degeneró en disturbios que dejaron cerca de 100 policías heridos y más de 300 personas detenidas.