Ocho meses de "guerra de desgaste" y sin solución a la vista | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 25 de Septiembre de 2022
Redacción internacional con AFP

Con más dudas que certezas tanto sobre el terreno como en la diplomacia política, así como reviviendo las amenazas sobre el posible uso de armas nucleares, la guerra en Ucrania entró desde ayer en su octavo mes y no se otea en el horizonte intención alguna de ponerle fin.

Reinvención táctica y estratégica del lado ruso mientras que del ucraniano se intensifican las gestiones diplomáticas para que aumente el apoyo –bélico y financiero- de Occidente ya que gracias a éste tuvo una exitosa contraofensiva en las últimas semanas.

Estas fueron las “jugadas de guerra” de la semana, así como las preocupaciones que ellas generan:

1. Reservistas al frente de guerra.  Rusia decretó el miércoles la movilización parcial para reforzar la campaña en Ucrania, pero sus efectos probablemente no se notarán hasta dentro de unos meses y estarán contrarrestados por importantes problemas logísticos y de entrenamiento. El muy simbólico anuncio del presidente ruso, Vladimir Putin, afecta en un primer tiempo a 300.000 reservistas, de los cuales 10 mil ya se presentaron voluntariamente. Entrenar soldados de asalto, así como llevarlos al frente con toda la logística requerida son asuntos que tomarán tiempo y de allí que ese aumento en las fuerzas por lo pronto no cambiará el curso de la guerra. Ante la proximidad del invierno, que ralentiza la ofensiva, deberá agilizar ese plan que también debe establecer bajo que rango y lugar los incorporará a las tropas. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski asegura que el llamado a reservistas evidencia la falta de personal en las fuerzas rusas y que desde que inició la guerra envió a muchos cadetes que murieron en combates porque no tenían la instrucción militar requerida. No se descarta tampoco una desmoralización y cansancio de los que están combatiendo, muchos de los cuales lo hacen desde hace más de 200 días. Se pasó de una guerra convencional a una guerra de desgaste.

2. Decisión para prolongar la guerra. La movilización anunciada por Putin podría prolongar la guerra en Ucrania, sin alterar la situación en el terreno, consideran expertos como Michael Kofman, del centro de pensamiento Center for a New American Security, para quien no se debe minimizar el riesgo de que la llegada de tropas rusas tenga ese fin. Esa opinión fue compartida por Rob Lee, del Foreign Policy Research Institute, para quien todavía hay numerosas "razones de ser optimista para Ucrania", cuyo ejército ha mostrado disciplina y valentía desde que inició la guerra, a diferencia de las fuerzas rusas, desmoralizadas e indisciplinadas. Ellos y otros especialistas consideran que, aunque el ejército ruso “está mal dirigido y mal entrenado”, como se ha evidenciado en las regiones donde perdieron el control, el envío de más personal a la línea del frente puede ser una ventaja temporal, al tiempo que advierten que desplegar ‘novatos’ deja entrever “un nuevo desastre”. Si se prolonga hasta el invierno, el Kremlin esgrimirá su ‘arma’ más poderosa: cerrar el grifo del petróleo y el gas a los europeos.

3. Canje de prisioneros. Ucrania y Rusia procedieron el miércoles al mayor intercambio de prisioneros desde el inicio de la guerra. En total fueron liberadas por el gobierno ruso 215 personas, entre ellas los líderes de la simbólica defensa de la acería Azovstal de Mariúpol, y Moscú recuperó a 55 prisioneros, incluido el exdiputado ucraniano Víktor Medvedchuk, cercano a Putin y acusado de alta traición. En el marco de este pacto también fueron liberados diez prisioneros de guerra, incluidos cinco británicos y dos estadounidenses, que Rusia trasladó a Arabia Saudita, según había informado previamente el reino árabe. El presidente ruso Vladimir Putin y el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán manifestaron su "satisfacción" por este intercambio.



4. Referendos de anexión. El viernes comenzaron los referéndums de anexión a Rusia en cuatro regiones de Ucrania controladas total o parcialmente por Moscú (las autoproclamadas repúblicas de Donestk y Lugansk, así como Jerson y Zaporiyia), consultas tachadas de "falsas" por los líderes del G7, que prometieron no reconocerlas "nunca". Estas consultas, que concluyen el martes, también tildadas de "farsa" por Ucrania y Occidente, marcan una importante escalada en el conflicto y en el que, según la ONU, "se han cometido crímenes de guerra". "Nunca reconoceremos esos referendos que parecen ser un paso hacia la anexión rusa y nunca reconoceremos esa supuesta anexión si llega a producirse", declararon los líderes del G7 (integrado por Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá y Japón). El presidente estadounidense, Joe Biden, fue más allá y advirtió que impondrá "costos económicos adicionales rápidos y severos a Rusia" si usan estos referendos "farsa" para anexar estos territorios. Vale recordar que, a través de un referéndum, Rusia anexionó la península de Crimea en 2014.

5. Desertores, dolor de cabeza para UE. El destino de los rusos que escapan de la movilización de reservistas para la guerra en Ucrania provoca una clara división en la Unión Europea (UE), con países dispuestos a apoyar a los opositores a Vladimir Putin y otros que temen por la seguridad del bloque. En ese escenario, Alemania afirma estar lista a recibirlos, los países bálticos se manifiestan en contra y la Comisión Europea (brazo ejecutivo del bloque) afirma que "acompaña atentamente la situación", de acuerdo con un portavoz. Los representantes permanentes de los países del bloque mantendrán este una reunión de emergencia en Bruselas para tratar esta cuestión. Por ahora no se conocen cifras concretas de la magnitud de la llegada de rusos a países de la UE tras el anuncio de una movilización de reservistas.  La situación representa un difícil desafío para los países de la UE, ya que si bien cada país es responsable por la gestión de sus fronteras, la normativa europea hace que todos ellos deben garantizar el ejercicio del derecho de asilo. La obtención de ese estatus, sin embargo, no es automática y es resultado de un examen caso a caso.

6. ONU llama a salida diplomática.  En los primeros cuatro días de Asamblea General de Naciones Unidas, el medio centenar de presidentes que intervinieron ratificaron que la salida al conflicto europeo debe ser a través del diálogo. Paralelamente en el Consejo de Seguridad, el canciller Lavrov tras escuchar pacientemente los reiterados señalamientos contra Rusia, tanto por la invasión que viola la Carta de Naciones Unidas como las ‘atrocidades’ cometidas sobre el terreno, decidió abandonar el recinto. En el mismo sentido se pronunció el presidente Joe Biden en el pleno del organismo multilateral donde también advirtió que “las guerras nucleares no pueden ganarse y nunca deben librarse”, criticando a Moscú “por hacer amenazas nucleares irresponsables”. Pese a los múltiples llamados a Kiev y Moscú para que retomen el diálogo, no hay viso alguno de acercamientos. Los mismos están congelados hace cuatro meses luego de que la delegación rusa reiterara los condicionamientos para poner fin a la invasión, entre los cuales está la adopción por parte de Ucrania de un estatuto de neutralidad.

7. ¿Occidente aguantará una guerra larga? El estancamiento de la guerra en Ucrania pone en riesgo el respaldo de sus aliados occidentales, amenazados por la crisis económica, las incertidumbres de las elecciones estadounidenses y la hipótesis de un conflicto entre Pekín y Washington. El efecto sobre Rusia es incierto, ya que se desconoce el estado real del país. Si la situación militar no se desbloquea, hay cuatro eventualidades que amenazan el apoyo occidental indispensable para Ucrania: la elección de un presidente conservador en Estados Unidos en 2024, el fortalecimiento político de China con un Xi Jinping con plenos poderes, el avance de las fuerzas nacionalistas en Europa y el creciente descontento ciudadano con sus gobiernos priorizando el apoyo a Ucrania. Ejemplo de esto último acaba de ocurrir en Praga donde miles de personas se tomaron las calles acusando al gobierno de prestar más atención a la guerra que a las necesidades de sus ciudadanos. Castigados por la inflación más alta en mucho tiempo, inquietos por la calefacción en el invierno que se avecina debido a la dependencia del gas ruso y bastante divididas, las sociedades europeas no están en condiciones de soportar los efectos de una guerra prolongada. /