Fortalecido por ola bolsonarista, Jair alista ‘asalto final’ | El Nuevo Siglo
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Martes, 4 de Octubre de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Tras derrotar los vaticinios presidenciales de las encuestas, ser factor decisivo en el fuerte triunfo de los bolsonaristas en los comicios de legislativos, gobernadores y diputados, el derechista mandatario de Brasil refuerza su táctica y estrategia política para el ‘asalto final’ por el poder frente al izquierdista Luis Inácio Lula da Silva, el próximo 30.

El resultado de las urnas confirmó la inédita polarización del pueblo brasileño y que las dos propuestas antagónicas de país están más igualadas de lo que se esperaba. La diferencia de cinco puntos porcentuales entre el archifavorito y a quien muchos daban por vencedor en la primera ronda del domingo, el exmandatario Lula (48.2% de los votos) y la real fuerza electoral del presidente Bolsonaro (43.3%) abre un intenso duelo proselitista para una decisión final a la que hoy nadie se atreve a apostar.

El desenlace es incierto no solo por estos porcentajes, los más apretados en una primera vuelta presidencial desde que Brasil retomó la senda de la democracia con los comicios de 1989, sino por el fuerte triunfo bolsonarista en la elección de parlamentarios, gobernadores y diputados regionales, así como por la definición que tomarían los candidatos vencidos, la llamada tercera vía, la centro-derechista Simone Tebet -tercer puesto con 4.22% de apoyo en las urnas- y el izquierdista Ciro Gómes, que obtuvo el 3.06% de las papeletas.

La primera sumó más de 4.8 millones de votos y el segundo superó los 3.1 millones. Ambos están en la mira de los candidatos para la definitoria ronda de fin de mes y aunque declararon que evalúan el escenario para tomar una decisión es altamente probable que Tebet adhiera a la ola bolsonarista, sin descartar que haga lo propio Gomes, quien fue blanco de grandes presiones de personajes ‘lulistas’ para que renunciara a su aspiración.

Marco Antonio Teixeira, politólogo de la Fundación Getulio Vargas, dijo que la senadora Simone Tebet y Gomes, pueden desempeñar un "papel relevante" en el balotaje si declaran su apoyo a uno de los dos finalistas de la presidencial.

El candidato presidente afirmó que tiene "confianza total" en la segunda vuelta tras hacer hincapié en que había superado las "mentiras" de los institutos de investigación electoral no sólo en su caso personal ya que le vaticinaban una brusca caída de apoyo ciudadano sino en otros puntuales como en la gobernación de Sao Paulo, donde contra todo pronóstico su exministro de Infraestructura, Tarcisio Freitas venció al favorito  Fernando Haddad, exalcalde de la megalópolis y al delfín de Lula que Bolsonaro derrotó en la pasada presidencial. Allí se definirá el cargo en segunda vuelta.

Bolsonaro admitió que "muchos votos" por Lula demostraron una "voluntad de cambio por parte de la población", afectada por los aumentos de precios, especialmente en productos de la canasta básica.

Pero dijo que demostrará que la economía "se está recuperando" y advirtió que un cambio "puede ser para peor", poniendo como ejemplo la realidad económica de otros países de América del Sur que eligieron gobiernos de izquierda.

También reiteró que “las puertas están abiertas para la conversación" con los aspirantes derrotados, al tiempo que consideró que los votantes de Simone Tebet y Ciro Gomes "son mucho más comprensivos" y “afines” con sus ideales que con los de su rival.

"Tenemos una segunda vuelta por delante donde todo vuelve a ser igual (...) Ahora vamos a explicar mejor a la población brasileña, especialmente a las clases más afectadas", anunció el mandatario.

Por su parte Lula, que vio frustrada la celebración de victoria presidencial en una sola vuelta, admitió que tendrá que pelear por cada voto. "Tendremos que viajar más, hacer más actos públicos, más mitines", sostuvo el expresidente que dedicó los últimos días de campaña en un llamado al voto "útil" para derrotar a Bolsonaro.

Convencido de que lo ocurrido “no es más que una "prórroga" y que "tenía pensado ganar en la primera vuelta, coger tres días de descanso, hace una pequeña luna de miel, pero voy a tener que esperar para el 30 de octubre" dijo que se dedicará estas semanas a “hablar con más gente”, tanto adversarios como amigos, y a “madurar sus propuestas”.



Se mostró seguro de volver al Palacio de Planalto (sede de gobierno), tras recordar que “nunca he ganado unas elecciones en primera vuelta…El pueblo me da la oportunidad en la segunda vuelta”.

El estrecho margen entre los dos candidatos vislumbra semanas de campaña intensa y agresiva en un país profundamente dividido. Sin embargo, se espera que cambie de tono y enfoque, porque en la pasada estuvo centrada más en los ataques personales que en las propuestas.

La campaña de Lula fue "excesivamente retrospectiva", centrada "solo en logros de mandatos anteriores", evaluó Paulo Calmon, politólogo de la Universidad de Brasilia (UNB), insistiendo en que “faltó una discusión más de propuestas, presentando planes para el futuro".

Por su parte Leandro Consentino, politólogo del Instituto Insper opinó que "el final está abierto y en una situación pareja. Bolsonaro va a contar con apoyos más fuertes que Lula en estados importantes".

Citó los casos de Rio de Janeiro, donde el gobernador alineado con Bolsonaro, Claudio Castro, fue reelegido en primera vuelta; Sao Paulo, que irá a segunda con el sorpresivo favoritismo de un bolsonarista y Minas Gerais, donde triunfó un gobernador con un perfil anti Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Estos tres estados del sureste brasileño reúnen el 40% del padrón electoral y serán sin duda ‘viento de cola’ decisivo para el anhelo reeleccionista de Bolsonaro.

Con casi el cien por cien de los votos escrutados, se informó que Lula se impuso en catorce estados brasileños y ha conseguido la confianza del voto del exterior, mientras que Bolsonaro venció en doce estados, incluido Sao Paulo y Río de Janeiro, así como en Brasilia.

Congreso conservador

La ola verdeamarilla, colores de los bolsonaristas, también logró triunfos claves en las elecciones legislativas (513 representantes y un tercio del Senado) y de gobernadores y asambleístas en los 27 estados en los que administrativamente está dividido el gigante país sudamericano.

"El bolsonarismo puede celebrar", escribió la analista Míriam Leitão en su columna en el diario O Globo y a fe de que ello es así ya que al menos nueve exministros de Bolsonaro triunfaron en las urnas.

El Partido Liberal (PL) de Bolsonaro será la fuerza política con mayor presencia en el Congreso. El Senado estará formado por completo por formaciones que van desde una derecha más moderada, como el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y el Partido Social Democrático (PSD), con diez escaños cada uno, hasta la ultraderecha del PL, Unión Brasil y Progresistas, entre otros, con 13, 12 y 7 asientos, respectivamente.

La izquierda estará representada en mayor medida por el Partido de los Trabajadores (PT), con nueve escaños, así como por otra serie de formaciones con representación muy exigua como Rede o los socialistas brasileños.

Los nuevos congresistas de la derecha incluyen dos exministros: el extitular de Medioambiente Ricardo Salles y Eduardo Pazuello, este último el más votado en el estado de Rio de Janeiro, el tercero más poblado, mientras que otro candidato de dicho partido, Nikolas Ferreira, de tan solo 26 años, fue el diputado más votado del país, con más de 1,4 millones de votos.

La lista de bolsonaristas al Senado incluye desde el exfubolista Romario (reelecto) hasta Marcos Ponte, un antiguo astronauta y extitular de Ciencia que desbancó a un aliado de Lula, Márcio França, favorito en las encuestas.

Otros tres exministros, la ultraconservadora Damares Alves (Mujer); Tereza Cristina (Agricultura) y Rogerio Marino (Desarrollo) y el actual vicepresidente, fueron también electos al Senado, que en 2023 debe confirmar dos jueces de la Corte Suprema.

También entran a la Cámara Alta el exjuez y exministro Sergio Moro que rompió con Bolsonaro y el exfiscal Dalton Dellagnol. Ambos archirrivales de Lula fueron figuras claves en el proceso "Lava Jato", que investigó un enorme sistema de corrupción en la estatal Petrobras y por las que Lula estuvo en la cárcel 580 días, hasta que la Suprema revirtió la condena por considerar que hubo irregularidades procesales.

Esta configuración del Congreso más conservador desde que el país puso fin a la dictadura disparó las alarmas del Tribunal Supremo de Brasil que comunicó al saber al presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, la importancia de su posición, ya que la Cámara, ahora con mayoría verdeamarilla, es la única en la que pueden presentarse procesos de destitución de sus jueces. Sus magistrados le instaron a lo que consideran “defender la democracia”.

Las elecciones también dieron alguna victoria a las causas progresistas, con las primeras diputadas federales trans de Brasil, Erika Hilton, Duda Salabert, y Robeyoncé Lima. /Redacción internacional con agencias