Acolfutpro, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, anunció que iba a iniciar un cese de actividades para la fecha 20 del campeonato profesional de fútbol que habría de celebrarse los días 2 y 3 de noviembre de 2019. Sin embargo a última hora desistieron de su realización, a lo que contribuyó que la Dimayor adelantó la realización de la mencionada fecha.

Los futbolistas profesionales tienen un largo pliego de peticiones que va desde la concertación del estatuto del jugador, hasta el Código Disciplinario y la Liga Femenina, pasando por el calendario del campeonato y los periodos de vacaciones. Puesto a leer lo que ha publicado la Asociación, diría uno que la mayoría de las reivindicaciones parecen justas para quienes ahora pareciera que quieren autodefinirse como trabajadores.

El problema es que los futbolistas mismos no se autodefinen como tales, la mayoría se dicen artistas y pretenden que se les de ese tratamiento. Es más, ni siquiera artistas, lo que la mayoría se cree y algunos se portan como tal, son divas. Y hay unos pocos que lo son y les pagan como tales.

Y como son artistas, o eso se creen, entonces pretenden que sobre ellos no haya ninguna clase de control sobre su gestión. Cualquier trabajador de cualquier profesión puede ser controlado por sus empleadores en lo que hace a la calidad y cantidad de su labor. Los futbolistas, no. Juegan cuando se les da la gana, corren cuando quieren y usan su talento a discreción. No hay forma objetiva de saber cuando un arquero falla en el corte de un centro, si fue un fallo técnico, un error involuntario o que simple y llanamente no se le dio la gana de saltar lo suficiente. Eso solo lo sabe el jugador.

Antes podía prescindirse de sus servicios por mal rendimiento (como en cualquier empresa), ahora ni eso se puede. Nadie por ejemplo puede saber si el tiro desde el punto penal que “el Tigre” Castillo erró contra Patriotas y que le costó el doloroso descenso al América, fue un simple caso de mala suerte o un claro evento de displicencia.

Los hinchas de Millonarios F.C. acaban de ver (por segunda vez en su historia) como su equipo pasó de una maratón de puntos ganados a una de puntos perdidos. Y los de Santa Fe acaban de ver exactamente la situación contraria, de perderlo todo, pasaron a ganarlo todo. Son los mismos jugadores que se paran o corren, según se les de la real gana. Y uno ve, que el mismo tipo habilidoso de un domingo, es el más torpe al domingo siguiente. Y eso depende simple y llanamente de su voluntad. Si el técnico le llama la atención, se “delica” y simplemente se para. Decide ir al trabajo (el partido) pero no realizarlo o hacerlo de mala gana.

La Dimayor defiende a los clubes y a su negocio y La Asociación defiende a los futbolistas y sus intereses, pero no hay nadie que defienda al hincha o al simple espectador de la mala calidad del espectáculo o de las marrullerías de “Los Artistas” por los que paga para ver.

@Quinternatte