Superpoderes a Xi para consolidar nueva era china | El Nuevo Siglo
XI JINPING, presidente de China, que enruta al país hacia una nueva era
Foto archivo Xinhua
Miércoles, 10 de Noviembre de 2021
Redacción internacional con AFP

SI varios países tienen el ojo en el 22, el poderoso y gigantesco China lo tiene no años sino décadas más allá. El objetivo es que cuando la República Popular festeje su primer centenario, en 2049, sea una indiscutible potencia global.

Y esa hoja de ruta de largo plazo comenzó a implementarla, desde hace 10 años, el líder Xi Jinping, cuando fue proclamado presidente del país más poblado del mundo y que con sus claras políticas en todos los frentes emprendió una nueva era, para complementar las ambiciosas cumplidas por sus dos antecesores al frente del Partido Comunista: Mao Zedong y Deng Xiaoping.

Con el ojo puesto en la mitad del siglo XXI, dicho Partido que está celebrando su primer centenario están en cónclave desde el lunes y hasta hoy, en el sexto pleno del Comité Central del Partido de donde se sabe saldrán dos grandes conclusiones: cerrado espaldarazo a los planes de Jinping, al que se le abrogarán mayores poderes y una resolución que ratificará el documento que sobre los Principales Logros y Experiencias Históricas del Siglo de Lucha del Partido, una mirada tanto hacia atrás como hacia adelante presentada por el propio mandatario al inaugurar esta cita,

A puerta cerrada en un hotel de Pekín, blindado contra el covid, los casi 400 miembros del Comité Central debaten además de la unción política de Jinping, temas claves para el futuro del partido comunista, entre ellos la desaceleración de su crecimiento económico, fruto de la escasez de electricidad, la crisis inmobiliaria, escasez de insumos y la caída de exportaciones durante el tiempo de pandemia.

La agencia noticiosa estatal Xinhua (China Nueva) informo a comienzos de semana que el presidente y secretario general del Partido, Xi Jinping, abrió la reunión con un informe de trabajo y "ofreció explicaciones sobre un proyecto de resolución sobre los principales logros alcanzados y la experiencia de 100 años de esfuerzos del Partido".

La resolución que se hará pública este viernes, y que será la tercera que emita el partido en su primer siglo, marcará el tono del vigésimo congreso del próximo año, donde se espera que Xi declare que tendrá un tercer período en el poder, cimentando su posición como el líder más poderoso de China desde Mao Zedong.

La prensa estatal ha exaltado el liderazgo de Jinping antes de la reunión, y Xinhua publicó que es "un hombre de pensamientos y sentimientos profundos, un hombre que heredó un legado pero que se atreve a innovar, y un hombre visionario comprometido con el trabajo incansable".

El gobierno de Xi ha sido marcado por acciones anticorrupción, políticas represivas en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong, y un abordaje crecientemente asertivo en las relaciones internacionales.


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También creó un culto que aplasta las críticas y elimina a sus rivales y presentó su propia teoría política, conocida como El Pensamiento de Jinping, a estudiantes de escuela.

Chris Johnson, del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, dijo al podcast "Sinocism" que la nueva resolución podría marcar una oportunidad para que Xi "limpie (...) algunas partes de la historia que no le gustan, incluso los excesos de reformas económicas de fines de los años 1990.

Recientemente lanzó una campaña de "prosperidad común" para enfrentar la desigualdad de ingresos y endurecer el control sobre los gigantes empresariales locales.

Reescribir la historia

La resolución del Comité Central sería la tercera de su tipo en la historia del PCC.

La primera, aprobada bajo Mao en 1945, ayudó a afianzar su autoridad sobre el partido cuatro años antes de tomar el poder en China.

Con la segunda, bajo Deng Xiaoping en 1981, el régimen adoptó reformas económicas y reconoció los "errores" de la era de Mao.

En la nueva, Xi podría "en efecto hacer a Deng lo que Deng le hizo a Mao, al criticar los excesos de las reformas y políticas de apertura de Deng Xiaoping", agregó Johnson.

Sin embargo, Anthony Saich, de la Universidad de Harvard, opina diferente. Asegura que a diferencia de los dos anteriores, la resolución de Xi no supondrá una ruptura con el pasado.

"Más bien, quiere mostrar que es el heredero natural de un proceso desde la fundación del partido que lo capacita para liderar en la +nueva era+", señala este experto en política china, al tiempo que agrega que “el propósito es consolidar a XI como heredero natural de la +gloriosa historia+ del PCC", agrega.

De todos modos, esta resolución se da un año antes de que Jinping logre un tercer período en el poder en el mencionado congreso partidario, que se realiza cada cinco años.


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Xi eliminó los límites a los períodos de gobierno con una reforma constitucional de 2018, y no ha designado a un sucesor claro, lo que sugiere que pretende gobernar al menos hasta 2027.

"Xi Jinping ya comenzó a reescribir la historia del partido en libros de escuela, universidades y la prensa... reduciendo fuertemente sus errores como el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, y glorificando su acción como secretario general del partido", dijo Alice Ekman, del Instituto de la Unión Europea para Estudios de Seguridad.

La nueva resolución es "claramente parte de los esfuerzos de Xi Jinping por prolongar su presencia como jefe del partido", agregó.

Para el académico y disidente Wu Qiang, que perdió su trabajo en la Universidad Tsinghua de Pekín, la resolución significará que "la autoridad de Xi Jinping es incontestable".

Cree que el plenario reafirmará el camino de China hacia una economía "más controlada y planificada", como se ha visto con la estrategia de Xi para regular las gigantescas empresas de los sectores tecnológico e inmobiliario.

La economía pospandémica y la cuestión de Taiwán -una isla de gobierno democrático que China reivindica como propia- también debieron figurar en la agenda de la reunión que hoy cierra.

 

Desaceleración económica

Se desconoce si habrá algún pronunciamiento sobre la prevista ralentización del crecimiento económico, perdiendo el esplendor e impacto global que h tenido en los últimos 20 años.

Las dificultades del sector inmobiliario en China, tras los reveses del gigante Evergrande, podrían suponer riesgos para la economía del mundo y afectar a Estados Unidos, advirtió el Banco Central de ese país en su informe sobre estabilidad financiera difundido este lunes. 

Este representa un cambio de tono respecto a septiembre, cuando el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, todavía juzgaba que la economía más grande del mundo "no estaba realmente expuesta directamente" a las dificultades de la sociedad china. 

Evergrande, que arrastra una deuda estimada en 260.000 millones de euros, es uno de los mayores promotores de China. Su situación financiera es seguida de cerca porque su colapso supondría un duro golpe para el crecimiento del gigante asiático. 

El sector inmobiliario representa el 25-30% del PIB chino, según estimaciones. 

En el tercer trimestre, el Producto Interior Bruto, afectado por la crisis de Evergrande, aumentó un 4,9% en un año frente al 7,9% del segundo trimestre. 

"Hasta ahora, la debacle de Evergrande ha sido contenida", enfatiza sin embargo Padhraic Garvey, director de investigación de ING Financial Markets. Pero reconoce que también existen "riesgos desconocidos". 

Añadió que la Fed no puede ignorar que "China es una parte importante dado su tamaño y el tamaño de su sector financiero". 

Más allá de la crisis inmobiliaria, muchos economistas anticipan la desaceleración de la segunda potencia económica mundial, ya que el gobierno chino, ansioso por reducir la deuda, ralentiza las inversiones de las autoridades locales y endurece las condiciones para la concesión de préstamos por parte de los bancos. 

En ese escenario, el gigante asiático experimentará un crecimiento promedio de alrededor del 3,5% para la próxima década (2022-2031), o aproximadamente la mitad de la tasa de crecimiento de la década de 2010, según las proyecciones de Conference Board.

Sin embargo, es seguro que todo ello esté en las cuentas de Jinping, el hombre que desde hace una década abrió una nueva era en China, manteniendo la senda del crecimiento e influencia global.