Mientras se continuaba desarrollando este jueves en el archipiélago de San Andrés, Santa Catalina y Providencia un balance más realista sobre los daños causados por el huracán Iota entre domingo y lunes pasados, se empezó a generar un debate en torno a cuál debe ser la hoja de ruta del plan de reconstrucción y rehabilitación de las islas.
El presidente Iván Duque dijo el martes que esperaba tener un plan esta misma semana, anuncio que, de un lado, llenó de optimismo a los miles de afectados por el huracán pero, de otra parte, prendió las alertas sobre cuál debe ser el norte de esa estrategia integral.
EL NUEVO SIGLO habló con la exgobernadora de San Andrés, Sandra Howard Taylor, experta además en temas de sostenibilidad ambiental y turística, al respecto. Dijo que todo el proceso de rehabilitación debe estar adaptado a las condiciones del cambio climático.
EL NUEVO SIGLO:- Una vez pase de la fase de asistencia humanitaria a los afectados por el huracán, vendrá la etapa más difícil: la reconstrucción de los millonarios daños en las islas ¿Cómo se debe llevar a cabo este proceso?
SANDRA HOWARD TAYLOR: Para hablar de reconstruir la isla en estos momentos, que es lo que todos queremos, lo primero de lo que debemos partir es de tener una precisión de la situación real de las cosas. Aún estamos hablando de unas estimaciones. Hay que hacer un censo detallado y en eso está el Gobierno nacional y luego sí establecer qué es lo que hay que hacer.
ENS:- ¿En qué se debe pensar, entonces, de cara a ese plan de reparación de daños?
SHT:- Hay que desarrollar unas normas de planeación y construcción que le permitan a las personas no solo tener unas viviendas que se adecuen al ecosistema y que sean bioclimáticas, que tengan toda la temática de sostenibilidad, sino que además incorporen normas que le den mayor seguridad a todas las personas que habitan en la región. Creo que el cambio el climático ha sido evidente y como región hemos estado en mora de hacer una debida actualización teniendo en cuenta esas nuevas consideraciones. Pero son lecciones como estas las que nos evidencian la urgencia de actuar en ese sentido, con una mejor planificación del territorio.
ENS:- ¿El duro impacto de la tragedia modifica los planes de desarrollo del archipiélago?
SHT:- Creo que de por sí el perfil de la isla cambia y va a tomar un tiempo volver a ver el restablecimiento de los ecosistemas, de la flora y la fauna, que son los grandes damnificados de todo esto. Y nos obliga a pensar en una mejor manera los esquemas de ordenamiento territorial y, en general, la planificación territorial para buscar que los asentamientos de las personas se hagan en zonas más protegidas, no solamente pensando en este huracán, sino en otros riesgos que son propios de las regiones insulares como, por ejemplo, los riesgos de tsunami, que son los que más se tienen en cuenta como de posible ocurrencia en estas zonas.
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También implica que en nuestra mentalidad nos adaptemos a nuevas maneras de vida que nos impliquen estar mejor preparados para los embates de un clima que, como sabemos, cada año está siendo más drástico en cuanto a estos fenómenos naturales que nos golpean. Entonces, debemos ser capaces adelantarnos a lo que está sucediendo y reconstruir nuestras comunidades adaptadas al cambio climático.
ENS:- En medio de las reacciones a lo ocurrido con Iota, hay quienes dicen que el Gobierno central debe mirar más a San Andrés pero no solo en las tragedias ¿Qué opina?
SHT:- Creo que los humanos tendemos a ser así. Tenemos memoria muy corta y nos acordamos, generalmente, cuando suceden las tragedias. Esta es una oportunidad para construir una Providencia mejor, que siga teniendo su carácter, su personalidad, ser una comunidad cercana, que los habitantes cuenten con los servicios públicos que permitan resolver sus necesidades básicas. Solo si los habitantes tienen una calidad de vida, vamos a poder brindar un buen servicio a quienes nos están visitando.
El más fuerte
ENS:- ¿Recuerda algún antecedente de un huracán que haya golpeado tan fuerte al archipiélago?
SHT:- Al estar en el Caribe, al ser unas islas, en el pasado sí hubo fenómenos similares, pero ningún huracán de este tamaño, que se haya desarrollado con esta rapidez y, por supuesto, cuyo impacto haya sido tan directo con las islas. Cuando niña me acuerdo que había algunas referencias. Mi familia hablaba de un huracán que había pasado por Providencia en la década de los 60, pero creo que el más fuerte fue Johan, en el año 88. Ese golpeó por La Guajira y por toda la Costa Atlántica, incluso el Cesar. El más reciente, que fue como en el 95, ese era de una categoría menor y los daños no se comparan con lo que ocurrió este año. La erosión costera que se genera cuando vienen estos huracanes hace más vulnerable la isla.
ENS:- ¿Estaba en San Andrés este fin de semana? ¿Cómo vivió este huracán?
SHT:- Yo lo he vivido desde Medellín, pero tengo a mi madre en Providencia, tengo mis tíos, tengo primos, tengo amigos de infancia. Eso me ha generado la misma angustia e incertidumbre de las personas que no estamos allá pero tenemos nuestros seres queridos en la isla. Perdimos comunicación con la familia a las 3 y 10 de la mañana del domingo, y no hemos vuelto escuchar su voz porque la isla sigue incomunicada, escasamente algunas personas han logrado sacar llamadas por medio de teléfonos satelitales. Pero estamos recurriendo a las viejas prácticas de que los amigos tomen una foto y nos las comparten. Además del huracán, debemos tener presente que el Covid-19 sigue afuera. Esto podría generar un brote del virus y traería las desgracias en vidas humanas que no nos trajo el huracán.
¿Y el turismo?
ENS:- ¿Cómo reconstruir el turismo?
SHT:- El turismo en estos momentos, en Providencia, va a tardar un buen periodo antes de que sea razonable que cualquier persona vaya a visitarnos. En estos momentos la comunidad de Providencia tiene que estar cien por ciento concentrada en levantarse nuevamente y garantizarle la seguridad y las condiciones de vida a sus propios habitantes. En San Andrés el fenómeno es diferente: tuvo afectaciones menores y los impactos también han sido en ciertas zonas, por lo que podrá rápidamente retornar a una vida productiva.
Me atrevo a decir que con todas las ayudas que el Gobierno nacional está ofreciendo, probablemente haya unas zonas que al final del año ya podrán recibir visitantes. Pero eso requerirá que tengamos un turismo menos masivo, un turismo que valore más ese sitio tan único y particular que nos ha regalado la naturaleza, y que no busquen consumir los productos baratos y masivos que no le dejan beneficios a la comunidad como tal.
ENS:- ¿Cuál es la invitación entonces?
SHT:- La invitación sería a que miráramos ese territorio como un verdadero tesoro, como una joya de biodiversidad, que es lo que representa una reserva de biósfera para la humanidad y un área marina protegida. Y que sobre ello construyamos la nueva oferta turística de la región, que no puede sobrevivir con un turismo masivo, necesita un turismo más selectivo.