ALBERTO ABELLO | El Nuevo Siglo
Lunes, 9 de Julio de 2012

Supervivencia del Régimen

 

Álvaro Gómez, con  visión de estadista superior, alcanzó a percibir y denunciar el Régimen. Su mente ágil se obsesiona con el afán de analizar día a día con lucidez  la crisis política, las fallas y  corrupción  que agobian el sistema. Le repugnaba sobremanera puesto que  había sido uno de los creadores de la Carta de 1991. La que reconocía que era lo menos malo que se había  concebido en medio de un debate con elementos antagónicos,  en su mayoría ajenos a la alta política y los secretos del constitucionalismo.  Apenas una parte de sus iniciativas prosperan, siendo víctima de la traición de Navarro, aliado a los liberales en el gobierno que inhabilitaron a los constituyentes para ser candidatos en la siguiente jornada electoral. Así como había consagrado antes la elección popular de alcaldes, no estuvo acorde con la elección popular de gobernadores. Fue el padre de la Fiscalía, iniciativa que encargó con ponencia de Carlos Daniel Abello Roca, adaptada a nuestra tradición jurídica, para combatir el crimen organizado y los delitos de cuello blanco, con exclusión de la oralidad al calco  de Estados Unidos. Paternidad que desconocen al conmemorar los 20 años de la institución, asunto que  el doctor Fernando Hinestrosa no olvidaba y comentamos un par de veces. Así como apoyó un Consejo de Judicatura con poderes para juzgar a los magistrados. Y un verdadero Plan Nacional de Desarrollo.  Tenía claro que una cosa era reformar las instituciones y otra los hombres, sus costumbres y vicios políticos.

 

En esa lucha de unos pocos meses contra el Régimen, su mente no se ocupaba tanto de las personas, que son cambiantes,  como del grado de corrupción que “horadaba” el sistema. Cuando regresó de su corto viaje a Francia, ya estaba en distribución su ensayo sobre la Democracia sin Partidos y la Posibilidad de hacer una política limpia, que publiqué, ocupándome hasta del último detalle con él,  en Opinión Colombia, al que hice una pequeña introducción. Al regreso se mostraba optimista y  me  felicitó por la colaboración que a regañadientes había prestado para hablar con sus estudiantes en la cátedra de Cultura en la Universidad Sergio Arboleda, durante su ausencia, cometido que cumplí  bajo el apoyo  paternal del erudito y sabio Rector Rodrigo Noguera Laborde.

Cuánta agua ha corrido bajo los puentes desde entonces. Nadie se atreve a desafiar el Régimen que sigue enquistado en el sistema. Régimen  que acalló la voz admonitoria del dirigente conservador; y de los asuntos decisivos que Álvaro Gómez plasma en esa Constitución; la mayoría de sus artículos   han sido modificados o sustituidos por la Corte Constitucional que legisla o por el Congreso, así como por otras interpretaciones casuísticas en diversas instancias jurídicas. Los que dicen defender la Constitución de 1991, apenas consiguen reconocer unos pocos jirones de lo que  se consagró entonces. Al hundirse la  reforma de la Justicia, está claro que allí se pretendía subvertir los valores, no solamente de lo que quedaba en la Constitución de 1991, sino del conjunto de nuestra más valiosa  tradición constitucional de doscientos años.