CAMILO HERRERA MORA | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Junio de 2013

¿Más fuentes periodísticas?

 

Mientras en Ecuador la libertad de prensa llega a niveles de tener una superintendencia, en Colombia ocurre lo contrario: cada día se crean más productos editoriales. Lo curioso es que quizá en ambos casos el periodismo y la verdad pueden ser los sacrificados.

Internet es un medio donde las personas pueden intentar informarse y encontrar millones de fuentes sin ningún proceso editorial y en una sociedad como la nuestra, donde las personas tienden a creer lo que ven, oyen y leen en los medios, sin importar la fuente y sin validar la información recibida; esto claramente es el caldo de cultivo a una desinformación sin precedentes.

Los medios y los productos de comunicación están tarde en educar públicos y esto puede ser su condena en el largo plazo; tener tantos productos periodísticos es lesivo para la información per sé, porque hoy un colombiano puede leer los productos de la CEET, El Nuevo Siglo o El Espectador y sabe que hay un proceso editorial maduro respaldando, pero lentamente ha tomado fuerza que todo aquel que tenga formación y experiencia periodística quiere lanzar un nuevo espacio, gracias a bajos costos del formato digital, lo hace que hoy un colombiano pueda leer en La Razón Pública, Kienyke, Las Dos Orillas, La Silla Vacía, Confidencial Colombia y muchas otras más, causando que la información se diluya y el lector al final termine sobreinformado o desinformado.

No estoy defendiendo a los conglomerados mediáticos pero sí a su experiencia y al respeto que han tenido en formar sus audiencias. Hoy el fenómeno digital causa que cualquiera pueda tener un blog (yo lo tengo) y escriba su opinión y deje a la libertad del mercado quién lee sus conceptos, sin ningún tipo de proceso editorial o responsabilidad por sus palabras.

Bienvenidos nuevos productos y casas editoriales de periodismo pero con la condición de formar sus audiencias, de ser responsables de lo que escriben y que no usen la libertad de prensa como una excusa para desinformar, invalidar o plantear posiciones personales, y menos en momentos electorales.

La información es uno de los productos más importantes de la sociedad y la libertad de fuentes no asegura su calidad, por el contrario, puede llegar a erosionarla, y más, en el entorno viral del mundo digital. No sé cuál es el número mágico de productos editoriales periodísticos ideal, pero algo me hace pensar que lo pasamos hace rato y esto no ha aumentado ni el nivel ni la calidad de la información en Colombia.

Colombianada. Es muy doloroso oír cuando algún conocido defiende sus ideas diciendo, “ah, yo no sé, oí eso en televisión”.