Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Abril de 2015

La vida por un centavo

 

Es tal la irresponsabilidad de alguna gente, que no les interesa arriesgar la vida para economizarse mil ochocientos pesos de un pasaje en Transmilenio. En 2014 fueron 8 muertos por estos hechos y en lo que va del año van dos. La administración del sistema estuvo probando en la estación de la Avenida Caracas con calle 57 un nuevo modelo de puertas más robustas, con un diseño que supuestamente no permitía ser abierta de manera forzada y con una estridente alarma que anuncia cuando alguien intenta violarla, colocando el pie para permanecer abierta y permitir que los colados ingresen, saltando desde la troncal a la estación, arriesgando sus vidas al paso de los articulados.

Pese al esfuerzo y voluntad del sistema, la medida fracasó, pues los irresponsables colados se salieron con la suya, siguieron forzando las puertas e ingresando sin pagar el pasaje, arriesgando sus vidas por un centavo y todo esto ante la indiferencia o impotencia de los usuarios, pues se pensaba que ante la escandalosa y molesta alarma, podrían reaccionar, pero no fue así, se quedaron tranquilos observando la infracción, sin  decir absolutamente nada.

Estos hechos muestran la cultura tan avanzada del robo y aprovechamiento descarado del servicio público, de cómo esto ha venido haciendo carrera en la mentalidad popular, pues hay estudios de los operadores que demuestran que son unos 25 mil pasajeros diarios que se cuelan sin pagar, lo que representa un costo de 45 millones de pesos diarios, es decir, más de 16 mil millones de pesos anuales que deja de recibir Transmilenio, mas unos seis mil de mantenimiento de las puertas dañadas por este motivo y lo peor las vidas cobradas. ¿Qué hacer para solucionar ese problema? La verdad es muy difícil, pues no se cuenta con controles suficientes en las 140 estaciones, que requerirían un refuerzo de vigilancia por lo menos dos turnos de 8 horas, de cinco efectivos por turno por estación, sumando diez personas, es decir, unos 1.400 vigilantes, a razón de dos millones de pesos mensuales cada uno incluidos los beneficios sociales, serían unos 33 mil millones de pesos anuales.

Algunos expertos en movilidad aseguran que la cifra de colados es superior y que puede llegar a los 70 mil diarios. Bueno, ahí está otro de los graves problemas que presenta la ciudad de Bogotá, sin solución. El robo, la ilegalidad y la indolencia son parte de la cultura capitalina que nos ha tomado mucha ventaja, ante la falta de conciencia y autoridad.

www.diegoarango.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional

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