El Gulag de Maduro | El Nuevo Siglo
Miércoles, 5 de Abril de 2017

Pocos ensayos en mi vida me han cautivado tanto como el de Víctor Frankl: El hombre en busca del sentido. Debo mencionar que es un espeluznante relato de cómo el ser humano en las peores circunstancias puede sacar lo mejor de sí para sobrevivir. Frankl sostiene que cuando los judíos comenzaron a llegar a los campos de concentración nazi se distinguieron tres fases psicológicas en la reacción de los reclusos: la fase inmediata al internamiento, la fase de adaptación y la fase de liberación. La pregunta esencial que se planteó durante su estadía en Auschwitz fue: ¿Cuál era mi responsabilidad ante mi vida, ante los demás?

Frankl decidió que aplicaría sus conocimientos en psicología para aliviar el dolor a los prisioneros además de sobrevivir a la experiencia. Describe como en la fase inicial de shock, el prisionero siempre espera la ilusión del indulto.

Tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado que llegó a un punto donde reconoce que pese a la adversidad que vivió la vida es digna de ser vivida. Que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles. Que es sorprendente la capacidad humana de trascender las dificultades con el fin de descubrir una verdad profunda que nos orienta y da sentido a nuestras vidas.

La anterior introducción para comentar el estado de shock en que se encuentra el bravo pueblo venezolano por cuenta del régimen oprobioso de Maduro, quien en medio de su crisis existencial, con el alma endurecida y enceguecida por su discurso marxista, busca de cualquier manera generar más sufrimiento a un pueblo que lo ha perdido todo.

Los venezolanos perdieron su espíritu, su esperanza, su ilusión, su alegría por cuenta del régimen del Socialismo del siglo XXI, un régimen que desde la llegada de Hugo Chávez no hace más que hundir en la miseria humana a un pueblo que no tiene salida alguna frente a sus desmanes.

Maduro y su corte tiene lo que Frankl describe como la dureza moral, emocional, donde se ha perdido la dimensión del ser humano. Donde solamente importa sostenerse en el poder a costa de un pueblo que sufre y llora todos los días porque ya no tiene que comer. Un pueblo que lo perdió todo y estos señores, si se les puede llamar así, de la manera más cruel que se pueda siguen y siguen subyugando a una nación que ya no da más. La vida en la nación venezolana es un sinónimo de apatía donde se hiere en cada día que pasa la dignidad del venezolano más humilde.

Lo más triste de todo, ante la mirada indolente y complaciente del gobierno de JMS y su canciller salomónica Holguín quienes no solamente entregaron el país a las Farc, sino que, además no permiten una salida digna para que se acabe de una vez por todas este sufrimiento.

Lo que está sucediendo en Venezuela con el régimen de Maduro no es más que una muestra de lo nos espera una vez los niños de Iván y los señores de las Farc lleguen al poder. ¿Qué fue lo que negoció JMS? ¿A cambio de qué?

Y, se llama Lenin el nuevo presidente de Ecuador. Una reencarnación de Lenin en el siglo XXI. Lo que les espera a los ecuatorianos. 

Puntilla: Solidaridad con los habitantes de Mocoa. Como diría Frankl, el ser humano en las peores circunstancias puede sacar lo mejor de sí para sobrevivir.

@RaGomezMar