Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Marzo de 2015

Tres tristes tigres

 

Al pobre Papa Francisco le han caído rayos y centellas por salir  a decir, un poco coloquial y campechanamente, como lo acostumbra hacer  en muchas de sus didácticas  intervenciones, que Argentina se había "mexicanizado". Algo parecido le sucedió al expresidente mexicano que se atrevió a comentar, hacer unos años, que su país se había "colombianizado". La verdad es que, tanto Argentina como México, viven hoy profundas crisis políticas y económicas que hacen temer por su viabilidad como países, cosa que nos estaba ocurriendo a nosotros al principios de este milenio.

Deberíamos agregar a Venezuela que se encuentra en iguales o en peores situaciones. El demencial desgobierno del chavismo está llevando al hermano país a enfrentarse a un desabastecimiento crónico de los alimentos más necesarios y a una desaceleración de su economía, que está bordeando los límites de una recesión cada vez más evidente. Lo peor es que en estos dos años la administración Maduro cada día se hunde más en la espiral de su propia incompetencia.

En lo relativo a la Argentina, uno de los países latinoamericanos con mayores recursos naturales y humanos, ahora padece un gobierno sin programas ni norte socioeconómico, soportado en  la demagogia desbordada de doña Cristina. El populismo peronista, la expoliación militarista y la indiferencia de la clase dirigente por la actividad política tradicional, ha convertido a esta espléndida nación en presa fácil del derrotismo y de los apetitos extremistas.

Primero su fallecido marido, y ahora ella, comprometieron a su país con una prosperidad al debe, así como con un gasto público desbordado. La total ausencia de disciplina presupuestal y fiscal, así como la carencia de partidos políticos con sólidas  bases ideológicas y la falta de una dirigencia visionaria y comprometida, han sido caldo de cultivo para toda clase de corruptos e irresponsables.

México por su parte está pagando la herencia de décadas de gobiernos ineptos y amangualados, que han  desangrado  las venas de su rica economía y hoy, infortunadamente, en franca bancarrota. Todo como producto de esa misma herencia amoral está padeciendo por la dictadura del narcotráfico que todo lo invade y todo lo estigmatiza.

Tres países en desgobierno. Tres países víctimas del populismo rampante de la izquierda hirsuta. En fin, tres tristes tigres.

 

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Adenda

Si  por allá llueve por acá no escampa. Qué triste y vergonzoso espectáculo el de la Corte Constitucional. Una corte totalmente politizada, víctima de su propia incompetencia y mediocridad. El episodio actual de las denuncias y contradenuncias de compra y venta de sentencias estaba cantado y se veía venir. Que en  las otras Cortes sus magistrados pongan sus barbas en remojo, porque más temprano que tarde también los alcanzarán los escándalos.

ernestorodriguezmedina@gmail.com