Gabriel Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 6 de Marzo de 2015

Los benjamines

 

Desde los ataques, chuzadas y filtraciones de desprestigio del anterior gobierno a la Justicia, las cortes no habían recibido un golpe tan rudo, como el que les propinó el Presidente de la Constitucional.

La justicia se ha visto atacada inmisericordemente por “perseguidos”, maleantes, narcos, ciertos gobiernos y sus corruptos funcionarios y tantos criminales más.

Estamos en un país en donde a los 30 años gradúan de viejos a los profesionales que apenas llevan diez o menos años en la vida pública; un país en donde son pobres, quienes no viven en la opulencia de los narcos y traquetos. Aquí existe un desmedido afán de quemar etapas antes de tiempo.

Anteriormente, los jueces, los magistrados de los tribunales y especialmente los de las altas Cortes, eran profesionales de trayectoria, con una experiencia inocultable que les daba esa sabiduría que proporciona la experiencia. De un tiempo para acá, se han puesto de moda los llamados “benjamines” de la justicia. Son unos recién salidos de las facultades de Derecho, brillantes ellos, pero sin la práctica que se traduce en conocimiento y habilidad para el manejo de algo tan trascendental para una sociedad.

Era un honor para un abogado, desempeñarse como juez, y que con los años lo eligieran magistrado, que era el premio para esos señores a los que les iban entrando los hilos de plata en sus cabellos, dueños de una manera pausada y racional de analizar las cosas, de una sabiduría que les proporcionaban los años de desvelo, detrás de un rancio escritorio a cuyo respaldo había una biblioteca cargada de tomos leídos, analizados y subrayados, esos que deambulaban a diario por los juzgados, tribunales y cortes. Esos que actuaban con honestidad y ética, e imprimían confianza a la justicia. Estos hombres han sido remplazados por “benjamines”, que llegan con el afán de quemar las etapas sin miramiento alguno, de disfrutar aceleradamente de dudosas fortunas, de sacrificar lo que sea, sin importar lo que pueda ocurrir o el prestigio que haya que sacrificar.

La justicia requiere un análisis de fondo, o esta patria quedará en poder de la corrupción total, con chuzadores, magistrados, jueces y tinterillos corruptos, llevándonos a la hecatombe.

Blanco. La escogencia de Rafael Pardo para la alcaldía de Bogotá. Por fin un candidato de quilates, que nos libre de otro Petro.

Negro. La mermelada uribista que llegó a la Corte Constitucional.

gabrielortiz10@hotmail.com