Cóctel bogotano
Tras el cóctel bogotano del Club El Nogal, en donde el expresidente Uribe rindió un homenaje a su exministro Londoño, abundan análisis y apreciaciones que ponen a pensar seriamente sobre las “verdades” que allí se pregonaron en discursos cuidadosamente elaborados por los oradores y su principal asesor el terrible José O.
“Distorsionaron la realidad”, dijeron algunos medios que escudriñaron cada una de las intervenciones de los ilustres oradores, y para citar algunas de ellas, pusieron como ejemplo el fuero del que carecen los militares cuando violan los derechos humanos. Ese caballito de batalla se difunde en los medios afines al anterior gobierno, para desacreditar a Santos. Como ahora suele ocurrir, a la gente se le olvidó leer y por ello se aprueban normas sin conocerlas. Muchos militares y sus simpatizantes no leen y parece que se enteran de los hechos, de oídas; ese fuero se desmontó durante el gobierno Uribe y, contrariamente el de Santos, busca restituirlo, pero dentro de ciertas directrices que eviten excesos.
Abundaron otras imprecisiones que, a la luz de una oposición que allí configurada -esperemos, que no para fundar la patria- son apenas comprensibles, si se tiene en cuenta que esa corriente de ultraderecha, se ha desbocado hacia la supuesta “recuperación” de un mandato dirigido desde la sombra por el exmandatario.
Infortunadas las condiciones que debe cumplir al pie de la letra el ungido, al que algunos respetables columnistas y analistas han calificado como títere o pelele. Este, no podrá tener ideas propias. Sólo puede pensar y desarrollar la política de los “tres huevitos” y obedecer ciegamente los mandatos del titiritero. Qué falta de respeto con las personalidades a las que incluyeron -parece que sin consulta previa- en la lista de entronizados. Los han dejado como, según el diccionario, “personas que se dejan manejar por otras”, o como “personas simples e inútiles”. Esto es, seguramente lo que no le perdonan a Santos, que no haya sido monigote, mequetrefe o idiota. En esta ocasión, creo que el actual Presidente, no hubiera clasificado. Al que no actúa como ahora quieren lo llaman traidor. Pobres precandidatos.
Blanco. Con palitos indígenas no se puede controlar la guerrilla. Es necesario mantener la Fuerza Pública en todas las áreas del país.
Negro. Los borrachos al volante, urgen normas ejemplares y autoridades rígidas.