GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Julio de 2012

Plan Cuadrantes, sustento de seguridad

 

Todo núcleo social demanda un mínimo de seguridad para desarrollar actividades de diferente índole, encaminadas la mayoría a lograr un bienestar, producto de una eficaz economía lograda mediante el ejercicio de las libertades constitucionales, de donde se desprende la gran responsabilidad que tiene el Gobierno central, asociado con autoridades del marco departamental y municipal de proporcionar seguridad a los residentes en el país.

Las dimensiones del compromiso son insospechadas por los numerosos factores que inciden en las amenazas para la seguridad ciudadana. Permítanme hacer una somera relación de circunstancias que generan aquellos peligros, convirtiéndolos en objeto de estudio para las autoridades, buscadoras permanentes de herramientas acordes con la ley en el momento de enfrentarlas, motivadas en cumplir el mandato ciudadano sobre la tranquilidad cotidiana. La desmovilización de algunos grupos armados ilegales representa una intimidación permanente hacia la vida ciudadana, entendiendo que la dejación de armas demanda actividades futura lícitas, para las cuales no están preparados, como mucho menos lo están las autoridades, ante lo cual se deben destinar recursos urgentes que cubran las necesidades básicas de estas personas; de lo contrario los veremos delinquiendo en cada esquina. A lo anterior le podemos sumar uno que otro reducto guerrillero en la misma situación, esto de por sí ya es un peligro serio y preocupante. No me voy a extender a otras organizaciones delictivas y menos a la delincuencia organizada o común, sólo llamo la atención de las autoridades hacia los retos futuros porque los actuales son de conocimiento general como el narcotráfico, las pandillas y demás.

La innovación de estrategias es hoy una exigencia sentida, especialmente si sabemos que algunas tácticas antiguas han arrojado resultados favorables. Hablamos de policías cívicas, consejos de seguridad, actualización de códigos de policía, manejo acertado de los fondos de vigilancia, escuelas de seguridad ciudadana, frentes de seguridad, laboratorios de criminalidad; en fin, muchas actividades que poco a poco van perdiendo vigencia, pero dejan enseñanzas muy importantes, aplicables en determinados escenarios y que, enlazadas a innovaciones audaces, pueden hacer parte de una reingeniería con bases serias para un futuro seguro.

Todo lo anterior me conduce al Plan Nacional de Vigilancia por Cuadrantes. He sido informado de que la capacitación en el tema está al orden del día, contando con un pensum extendido al país y dirigido en principio a los comandos metropolitanos, buscando llegar al personal y ciudadanía de municipios identificados como neurálgicos; sobra evaluar los resultados, pues hasta el momento la reducción delincuencial es notoria. Lo importante en el momento sería difundir la logística conducente a la creación de cuadrantes, y clarificar las responsabilidades ciudadanas con el programa, llegar por este camino a medir el nivel de compromiso profesional en cada componente de la Fuerza Pública, terminando con auditorías periódicas a los logros.