General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Marzo de 2015

Las decisiones de Movilidad

 

Entendemos  que las Secretarías de  Movilidad en todas las administraciones del país tienen una notable responsabilidad frente a la ciudadanía, por ser las encargadas de diseñar y trazar los planes que permitan un desplazamiento rápido, efectivo y ordenado en las ciudades. Esta labor difícil de por sí, demanda estudios y proyectos acompañados de una gran dosis de  ambientación, para comprometer la ciudadana en los ideales, recogiendo la contribución en experiencias,  conceptos y aportes de los disímiles núcleos habitacionales.

Pero mientras no se escuche la colectividad, cualquier propósito con miras a mejorar o atender problemas en determinada intersección de la malla vial, que obstaculice o dificulte el tránsito, presentando o generando altos registros de incidentes, tendrá malestares y quejas de  residentes del  sector por no ser consultados ni escuchados en ciertas incomodidades que la medida pueda  generar.

 Me quiero referir al cruce de la Avenida Circunvalar con Calle 72 en la ciudad de Bogotá, donde a partir del mes de diciembre la Secretaría de Movilidad instaló unos candados cerrando el cruce que autorizaba operación de  retorno en los dos sentidos sobre la Avenida Circunvalar, viniendo tanto de norte a sur, como de sur a norte, a mas de conectar el costado occidental con el oriental permitiendo a los moradores una movilización ágil, lógica y expedita que les consentía cruzar la mencionada Avenida en estos sentidos; la comunidad entendió la medida como un estudio con miras a desarrollar futuras  alternativas que facilitaran a los conductores estos movimientos un tanto delicados por la falta de señalización en la maniobra vial, pero no, pasaron los días, estamos a la altura de marzo y las autoridades del ramo no se han manifestado sobre el tema, situación  que alertó a los vecinos obligándolos a demostrar su inconformidad con plantones cívicos nocturnos, respetando el desplazamiento vehicular por el lugar, solicitando a la Secretaría se retiren los candados, habilite la vía y  coloque un semáforo como solución a la problemática.

Al planear la avenida los ingenieros tuvieron en cuanta algunos barrios que se soportaron urbanísticamente en ciertos cruces sesudamente advertidos a lo largo de la Circunvalar, permitiendo el desvío a diferentes alturas de la calzada, para descongestionar y facilitar el desplazamiento de los moradores  de  dichos  sectores residenciales aledaños a la ruta, por lo tanto entenderán mis amables lectores que el cierre de la referida confluencia provocó un sinnúmero de inconvenientes derivados de la cotidianidad. Hoy son muchas las quejas sin respuesta, que las rutas escolares no recogen los niños por evitar los trancones, que los taxis no prestan el servicio por el embotellamiento del sector, que la salida para la oficinas en la mañana se convirtió en un viacrucis para los habitantes, otro tanto sucede con el regreso. ¡Oiga Movilidad un semáforo!