HENRY BRADFORD | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Diciembre de 2013

Feliz Navidad

 

Conociendo últimos datos macroeconómicos en Colombia y las proyecciones económicas para final de este año 2013, me queda un buen sabor de boca, como el que queda después de una buena champaña: crecimiento del PIB cercano al 4.5%, desempleo por debajo del 8.5%, inversión extranjera directa de más de 16 mil millones de dólares, inflación por debajo del 2% y máximos históricos alcanzados en la producción de petróleo por encima del millón de barriles diarios.

Son gratas noticias en estos días navideños, donde cada uno hace su balance de lo sucedido durante el año; qué bueno cerrarlo sabiendo que para el país ha sido un año positivo, al menos en temas económicos, a pesar del entorno poco favorable que los rodea: recordemos las lentas negociaciones del proceso de paz, una justicia poco ágil, gran volatilidad en la Bolsa de Valores, líos ambientales, protestas campesinas por alto costo de insumos, protestas estudiantiles, protestas de profesores, protestas de los indignados y muchas más… Otra cuestión que llama la atención cuando uno conoce las buenas cifras económicas, es que se dan en un país cuya capital se encuentra a merced de una administración patética que se evidencia en el retroceso vivido en Bogotá en muchos aspectos. La gestión de un gran número de alcaldes y algunos gobernadores del país ha sido muy deficiente y en el caso concreto de Bogotá, terminamos el año con la noticia de la destitución del Alcalde por parte de la Procuraduría o, quizá, a través del proceso de revocatoria por parte de muchos ciudadanos… ya veremos en qué termina esta historia capitalina.

Los empresarios de sectores como comercio, construcción, minero-energético, bancario, hotelería y agricultura, han tenido en general un año de buenos resultados. El siguiente reto para empresas en estos sectores e incluso en otros que no tuvieron un desempeño tan positivo en este año 2013, es desarrollar de manera contundente la gestión empresarial, la innovación y la calidad de los productos o servicios. La competencia creciente, en este mundo globalizado, hace que los consumidores exijan cada vez mejores propuestas para satisfacer sus necesidades; la alternativa de acceder a nuevos mercados más desarrollados también abre muchas posibilidades; mi llamado a los empresarios colombianos es a ser prudentes en momentos de analizar y explorar nuevas oportunidades.

En esta época navideña, también hacemos lo que llamamos “las peticiones”, que en muchos hogares coinciden con pedidos de salud, alegría, amor, juguetes y dinero; nuestros empresarios deben pedir mayor visión internacional, continuidad en la recuperación económica, manejo prudente del endeudamiento, que sigan mejorando los niveles de inversión y desempleo y que llegue definitivamente la anhelada paz, en la cual todos somos parte fundamental como partícipes activos  en el proceso de reinserción.

Espero que “El Niño Dios” nos traiga lo que necesitamos para poder afrontar un buen año 2014 que pinta bastante bien, donde el principal reto del país es ejecutar las inversiones para el desarrollo de la infraestructura, que hasta el momento ha sido el talón de Aquiles para el desarrollo.

Me despido deseándoles muy ¡feliz Navidad!