Mientras la mayoría de los colombianos permanecen en sus casas acatando la medida de cuarentena, con los sacrificios económicos que eso implica especialmente para las clases media y vulnerable, en las últimas semanas los titulares de los medios de comunicación dan cuenta de presuntos sobrecostos en alimentos, kits de aseo e insumos médicos para hacer frente a la coyuntura del Covid-19.
Preocupan casos de incrementos alarmantes como el de Arauca donde, presuntamente, la sal se compró 145% por encima de los precios del mercado, la panela 206% y la pasta 211%. En Guaduas, Cundinamarca, la Contraloría General de la República encontró presuntos sobrecostos hasta de 374% en los mercados de plaza para un hogar de bienestar y en Coveñas, Sucre, productos de la canasta básica como arroz, pasta, aceite y lentejas presuntamente tendrían un sobrecosto de entre 21,3% y el 31,7%.
Tenemos un problema. Queremos confiar y apoyar a los gobernantes. No queremos darle rienda suelta a algunos órganos de control que pueden llegar a ser autores de cacería de brujas. De acuerdo a la Contraloría, las evidencias encontradas en 60 entidades territoriales, presuntamente, podrían llegar a los $80.000 millones de pesos. ¿A quién creerle, a los mandatarios que ordenan gasto o a la Contraloría?
No se trata de emprender una cacería de brujas, por el contrario hay que ser flexibles con los funcionarios que tienen la responsabilidad de comprar elementos médicos y comida. Claramente debido a la pandemia y las medidas de aislamiento que se han adoptado en Colombia y en casi todos los países del mundo los precios de varios productos han aumentado por cuenta del desabastecimiento y la escasez. A esto hay que sumarle los costos de logística y transporte. Pero no podemos hacernos los de la vista gorda ante posibles casos de corrupción, más cuando el desafío es optimizar los recursos para lograr atender al mayor número de personas.
Y es que una vez entren a regir todas las normas de emergencia, los recursos destinados por el Gobierno Nacional para atender la pandemia podrían llegar a los $15 billones de pesos. Hasta el momento los recursos disponibles suman cerca de $1,2 billones de pesos. Se debe vigilar con especial atención los recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome) que provienen de dos fuentes muy sensibles: el Fondo de Pensiones Territoriales (Fonpet) y del Fondo de Ahorro y Estabilización, cuya base son las regalías.
No se puede desconocer que gran parte de la ciudadanía y de los empresarios han atendido el llamado de empatía y solidaridad para apoyar al personal médico y a los colombianos más necesitados. En Bogotá, Medellín y el Valle las respuestas masivas de colaboración han sido realmente esperanzadoras. En la capital se batió record, en 12 horas se recogieron más de $51.696 millones pesos. En el Valle, a través de Propacífico, se han reunido más de $13.000 millones de pesos, 11 mil mercados y 570 mil elementos de protección.
Ni descuido en la contratación ni persecución y tramitología. Fácil de decir, difícil de lograr.