HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL* | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Octubre de 2013

Potencia y responsabilidad

 

A  partir de los espectaculares acontecimientos de los años noventa con el desplome del monopartido comunista, la caída del muro de Berlín y la terminación de la guerra fría (Washington-Moscú), asistimos a un proceso de revalorización del concepto de libertad, después de haberse verificado históricamente que la seguridad económica y la justicia social cobran muy poco sentido si no van acompañadas de la libertad política y participación libre en la vida de la comunidad. Los pueblos se cansaron de los “pedazos de democracia” que les ofrecieron los sistemas capitalistas de Occidente y los regímenes marxistas de Oriente. Los unos con el énfasis puesto en la libertad política y los otros en la justicia económica. Estos valores no son intercambiables: la falta de libertad no puede compensarse con ingresos monetarios y  tampoco la pobreza puede suplirse con la 1ibertad política. Los unos no tienen sentido sin los otros. Ni la libertad de morirse de hambre; ni la prosperidad con mordazas o cadenas.

Simón Junes, prestigioso directivo de la Universidad Autónoma, y autor de un libro  sobre el apasionante tema de la “tolerancia”, demuestra que la libertad involucra necesariamente el espíritu de tolerancia. Afirma que el dogmático por pensar que tiene la “verdad revelada” y que los otros están equivocados, puede marginarlos, excluirlos o exterminarlos y finaliza con esta frase tajante; “si contestamos al odio con el odio, cuándo se acabará el odio?”.

La libertad o aptitud para autodeterminarse es fundamental para la dignidad humana. La libertad, en todas sus dimensiones, es sagrada. Tenemos la libertad de expresión, de pensamiento, de conciencia y otras muchas más. Pero ningún derecho es ilimitado. Lo único absoluto es la relatividad de todo.

En mi tesis  de grado: La lucha por el derecho -laureada-, expresé: “El que se vea atacado en el derecho debe resistir; es un deber que tiene para consigo mismo y para con la comunidad. La conservación de la vida y de las libertades es ley suprema de la sociedad. La vida física no es todo en la existencia del ser humano. El hombre tiene que defender también su libertad, su dignidad, la moral, la convivencia”. El hombre sin libertad es igual a un salvaje. Aristóteles -¡increíble pero cierto!- sostenía que un esclavo era un ‘animal que habla’.

Felicitamos a María del Pilar Restrepo por su revista Enfoque Democrático. Incluyen artículos de Alberto Ávila Ávila, de Julio H. González, el aventajado universitario de La Salle, Nicolás Carrasco Parra, y un estudio sobre el libro Los sabios de Colombia, del académico Rafael Mojica García. En este escrito mío destaco la importancia de enfatizar en las figuras colombianas que han hecho aportes significativos a las letras y a las ciencias. El presidente Guillermo León Valencia -1962-1966- le dio extraordinaria difusión a mi teoría de imponer en Colombia la Justicia sin rostro y el Ejército antiguerrilla, para combatir con eficiencia el terrorismo. Lo dije en los 60s. y hoy lo repito: la guerrilla, no por ser invisible es invencible. Argentina aplastó a los tupamaros, Italia a las Brigadas Rojas y el Brasil a los cangaceiros. Identificar a los que acusan con huella dactilar y pagar al delator ha sido provechoso.

*Apartes de lectura en el Congreso sobre libertad de Prensa.