HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Jueves, 31 de Mayo de 2012

Rechazo a invasores

 

El sentimiento de libertad es connatural al ser humano. Por eso los indígenas al ser invadidos por los españoles los rechazaron con furor. ¿Acaso se podía reaccionar de otra manera ante quienes en forma brutal y despótica les arrebataban sus tierras, los despojaban de sus tesoros, les violaban sus mujeres y los sometían a la más feroz esclavitud?

La historia y los documentos abundan en el sentido de que muchos caciques prefirieron asesinar a sus hijos y luego suicidarse, antes que sufrir el cruel sometimiento a que los obligaban los encomenderos, invasores y conquistadores. Miles de aborígenes fueron torturados para que revelaran el lugar en donde se escondían las riquezas. Les quemaban las manos y los pies con aceite hirviendo, o los convertían en presa ignominiosa de perros salvajes. La colonización tuvo por norma este insólito criterio: ‘El trabajo envilece por ser propio de esclavos y vencidos, indigno de los vencedores y hombres superiores. El indígena y sus bienes pertenecen al que se los arrebate y domine. El aplastamiento de salvajes ennoblece y dignifica’. Al indígena hasta se le negó que tuviera alma.

¿Y qué decir del negro africano? Se sostenía que un “esclavo es un animal que habla”. Los afrodescendientes sufrieron los más horripilantes tormentos. Fue tan atroz el maltrato que multitud de esclavos se autoeliminaron. Los palenques no eran más que sitios selváticos en que se concentraban los negros que huían del trato insoportable que les daban sus amos.

Lo anterior fue una de las causas principales de la lucha por la libertad. El líder, sociológicamente no hace más que encauzar y fortalecer estas oleadas de resentimiento, rebeldía y anhelo de emancipación.

Todos los tratadistas hablan de la “interacción” en las revoluciones. ¿Qué hizo Gandhi en la India? Darle fuerza política a la noble ambición de los indios de sacudirse el yugo inglés. Germán Arciniegas glorifica a la gleba socorrana por haber luchado a sangre y fuego contra los opresores. Galán era un hijo del pueblo. Él solo condujo a 20.000 campesinos ensoberbecidos contra los déspotas. Todo se calmó cuando se aceptaron 35 exigencias económicas, políticas y sociales. No comparto el criterio de historiadores muy respetables como José Ignacio Sanclemente cuando expresa que todo lo hicieron los conductores del 20 de julio. La Gaitana, los comuneros y mil episodios más prueban que con Bolívar y sin Bolívar la libertad se hubiera logrado. En 1492 empezó la idea de rechazo al esclavizador y al invasor.