Los patrones del Nogal
Lo más recalcitrante de la derecha y del uribismo, que durante 8 años abusó del poder con el respaldo acrítico de la gran mayoría nacional ilusionada con la conquista de la paz por la vía militar, se reunió en el Club El Nogal de Bogotá para presentar en sociedad su Frente Uribista Antiterrorista, FUA, sigla bajo la cual le declaran oficialmente la guerra al Gobierno Nacional.
Con el mismo pretexto de la lucha antiterrorista, que durante su mandato les sirvió para todo, desde corromper al Congreso: vía Yidis y Teodolindo; perseguir a la Corte Suprema de Justicia, a la oposición, a los periodistas críticos y a los gobiernos vecinos de ideologías diferentes; trastocar la augusta residencia de los Presidentes en sitio de reuniones clandestinas con delincuentes o cuartel general de montajes periodísticos; o para que los miembros más jóvenes de la familia presidencial se enriquecieran, ahora pretenden socavar la legalidad del Gobierno actual, con grave riesgo para la salud de la República.
En discursos incendiarios, donde sin ninguna sindéresis, pero, sobre todo, sin ningún respeto por los valores democráticos, se culpa al Gobierno actual de no haber resuelto en 23 meses lo que ellos no hicieron en 8 años y de estar poco menos que asociado con las Farc para “imponerle frenos a las Fuerzas Armadas”, el FUA inicia su andadura con una presentación tan subversiva pero más peligrosa que la de los alzados en armas, pues pretende subvertir la legitimidad del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República, desde la popularidad irreflexiva de quien a su vez ejerció como tal.
Sin el mínimo recato ético, el más ultraconservador de los últimos presidentes cita tres grandes, Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo y Jorge Eliécer Gaitán, como si alguno de esos prohombres del ala izquierda del otrora Gran Partido Liberal le sirviera para avalar las ideas reaccionarias que difunde. Por mucho que manipulen el pensamiento de López Pumarejo, jamás podrán encontrar allí respaldo al desplazamiento y al despojo de tierras; o al abuso del poder para perpetuarse en él en Lleras Camargo, y menos aún en Gaitán para justificar a los “pájaros” de ayer, de hoy o de mañana.
Por si todo eso fuera poco, con el pretexto de resolver los problemas endémicos de la Administración de Justicia se pretende convocar una asamblea constituyente cuyo definido propósito no es otro que el de revocar la decisión judicial que impidió su eternización en el poder, después de que seis magistrados habían avalado la violación de la Constitución “por una sola vez”.
El diablo haciendo hostias, dice el refrán popular para señalar que ciertos temas son tan sagrados que no pueden soltárseles a quienes están más interesados en sus intereses personales o en los de sus secuaces que en los de la mayoría.
Y en materia de Administración de Justicia, ya el país está notificado de cuál es el patrón de comportamiento uribista. Durante ocho años dedicaron todos sus esfuerzos a quitarle independencia y autonomía intentando desprestigiarla para reducirla a subalterna del Ejecutivo. Todavía no lo han logrado.
@Quinternatte