JAVIER A. BARRERA B. | El Nuevo Siglo
Sábado, 15 de Junio de 2013

SOCIEDAD PASMADA

 

No importa el origen, lo cierto es que los colombianos tenemos una mañita que puede ser desesperante: “ver qué pasa”.  En un accidente de carretera, la mayoría de diligentes ayudantes que surgen de la nada lo hacen para “ver qué pasa”, incluso en la cultura corporativa me he topado con momentos en los que todos parecen pasmados esperando “a ver qué pasa” como si las cosas se solucionaran solas.

A veces pienso que es una herencia de opresión la que ha formado esta sociedad tan pasmada y falta de iniciativa. Es como si nunca sintiéramos el derecho legítimo de actuar y tomar las riendas de una situación, como si ponerse al mando fuera una afrenta contra el destino que nos marcó la tragedia de la cual no tenemos permiso de salir.

Así ha pasado con los procesos de paz, donde guerrilla y Estado se han sentado a esperar a ver qué pasa del otro lado de la orilla. Así pasó con San Andrés y con nuestro mar, donde el Gobierno actuó como espectador y nunca delegó las herramientas o el poder a quienes podían hacer algo realmente.

Y asimismo nos sentamos a ver cómo la estrategia de Nicaragua estaba planteada desde mucho antes de empezar el litigio. Más allá de que el canal sea un absurdo en términos de infraestructura, el Gobierno colombiano nuevamente se sienta y mira desde la distancia esperando “a ver qué pasa” mientras deja pasar la oportunidad de actuar y reclamar lo suyo.

Sentarse a ver no sólo es lo más fácil, también es lo más cómodo. Sospecho que todo esto se va a dilatar con el tiempo porque esperar es, irónicamente, una consecuencia de nuestro inmediatismo. Así, ad portas de una campaña electoral, para Santos puede convertirse en estrategia más rentable meterle todo su esfuerzo al proceso de paz y a su campaña.

Entre tanto, seremos espectadores de cómo Nicaragua va a destruir el ecosistema que durante años Colombia protegió, y que no pudo mantener porque prefirió ir al pleito de La Haya como observador y no como atacante.

En mi opinión, el gobierno colombiano tiene ahora la oportunidad de tomar una posición activa, afilar sus armas y dejar de rascarse el ombligo mientras que se concentra en los problemas internos. Es la oportunidad para que Santos demuestre que nuestro país no está condenado a ceder ante los caprichos burocráticos de terceros.

Reclamar no debe ser una postura de ir a  hablar con expertos y esperar a ver qué pasa, reaccionar debe motivarnos a actuar de forma activa y directa, sin contemplaciones. Es hora de que el Gobierno colombiano demuestre que está dispuesto a defender los intereses nacionales.

@barrerajavier