Juan Alvaro Castellanos | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Marzo de 2015

LA OTRA CARA

El agro

Si  el país le pone el pecho al viento en contra podrá, con agricultura y  ganadería, encabezar la dura misión de hacerle frente a una eventual desaceleración económica, advertida por el Gobierno y el Banco de la República.

Es principio basado en que producción de alimentos, pesca, ganadería, fruticultura, cruce de especies y refuerzo agroindustrial, entre otros, son verdadera esencia económica de Colombia, frente a petróleo y minería, que sin desconocer su importancia, son flores de un día, comparados con el futuro que ofrece el agro en todas las regiones. Hay suficiente experiencia para abastecer el país y exportar. Todos los sondeos con quienes siguen el desenvolvimiento nacional,  sin  exagerar lo dicho por las transnacionales financieras, encuentran que si hay algo, que no se acaba, es el agro. Manejándose bien y asegurando diversas formas de financiación para todos, la producción agraria es reivindicación económica servida en bandeja.

Son inagotables los análisis de Naciones Unidas y centros internacionales de estudio económico en el mundo, que ratifican cómo alimentos, biodiversidad y  reserva forestal, son el auténtico verde de la esperanza de vida para el mundo. Al desagregar esos valores por continentes y países, casi sin excepción, se puede afirmar, que ninguno olvida el potencial colombiano, en los 3 órdenes mencionados, tanto para Suramérica como para el hemisferio.    

Como “no hay mal que por bien, no venga”, las señales del Ministerio de Hacienda y el Banco de la República, pueden resultar oportunas y alentadoras, en lugar de que sean preocupantes, para quienes piensan o laboran más  en inversiones y finanzas. Son los mismos que olvidaron hace años, que la agricultura está en la cartera económica del país.

Y es aún más oportuno, si se articula ya una política integral de desarrollo con los gremios agrícolas y las denominadas Dignidades Agrarias, conformadas por cultivadores no afiliados a ninguna asociación, para concertar el gran despegue del agro, como parte de la paz y el posconflicto, como una plataforma creativa y participativa, como lo esperan las mayorías.

La Unidad Nacional para Restitución de Tierras y el programa de Naciones Unidas para Refugiados, acaban de revelar que en menos de 3 años se han expedido sentencias favorables en restituciones, a 15 mil personas víctimas del conflicto armado en 12 regiones.

El agro está listo para la desaceleración y para la paz. Sin más vueltas, ni revueltas y sin más foros y reuniones, Gobierno y sector privado, tienen la llave para activar con inteligencia el verdadero motor económico con beneficio para todos.

juanalcas@yahoo.com