Juan Álvaro Castellanos | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Abril de 2015

LA OTRA CARA

Las ‘pirámides’

Es  función de la Superintendencia Financiera advertir a la ciudadanía sobre movimientos irregulares que se detecten en las operaciones  del sistema. Sin embargo, no es nuevo para las distintas escalas de la economía que el mercado negro de dinero siga moviéndose en el país.

En capitales de departamento, ciudades intermedias y pequeñas poblaciones, se mantiene  la oferta de las  ´pirámides´ -que pese a crudas experiencias con no menos de 15 años-, promueven cadenas de ahorradores y créditos a su antojo. La actividad comienza en comercios y mercados populares para atraer incautos, convenciéndolos de que son negocios legales con solvencia para ofrecer lo que denominan “garantías para nuestros clientes,” con intereses aparentemente bajos en préstamos y altos para ahorros. La cadena recibe aportes de 100 mil pesos en adelante y promete reconocimiento al cliente, con atractivos en sus rendimientos, al final de cada mes. Solicitan nombres y teléfonos de otras personas para unirlas al sistema.

Al finalizar la semana pasada, la Superfinanciera alertó a la ciudadanía y precisó  que algunos confunden al cliente, con la sigla -DMG- liquidada luego de su funesta acción en la época.

Cuando son préstamos y, el usuario se atrasa más de un mes, suben el interés al doble o más. La extorsión, agrega amenaza a la persona, si se atrasa más. La versión callejera cuenta que movilizan dinero por zonas, mediante redes en motocicleta. Quienes no funcionan en local, esperan sus clientes junto a ventas al aire libre. Otros distribuyen tarjetas con distintos nombres, y falsa licencia de funcionamiento. Las entregan en silencio al transeúnte. La oferta es disfrazada como cooperativas y corporaciones financieras. Las  direcciones y teléfonos son iguales.

El hecho no debe quedar advertido. Se trata es de ir a la práctica para desactivar el mercado negro de  ´piramides´, préstamos instantáneos y asesorías para afiliación a salud, trámite de pensiones, manejo de cheques y tarjetas de crédito para facilitar dinero. Desactivarlas con inteligencia, más que con operativos policiales. Una cosa son los cerebros del negocio y otra los empleados, quienes argumentarán que están en el “rebusque por la vida.”

Las superintendencias,  financiera y de Economía Solidaria están en mora de divulgar listados de entidades autorizadas, en cada ciudad. Es mejor que divulgar comunicados, bien intencionados, pero sin efectos directos en favor de la ciudadanía.

Olvida el común de la gente que el mercado negro de dinero, tiene varios rostros ante la sociedad, para mostrar presunta legalidad, inclusive con oficinas bien montadas y fachada empresarial. Es delito, igual a venta de droga y estupefacientes.                                                                                        

juanalcas@yahoo.com